La desadaptación en el lugar de veraneo
Cada año miles de perros son abandonados en esta estación por su comportamiento inadecuado. La falta de adaptabilidad al “paraíso” elegido por sus dueños para vacacionar puede ser la razón de hábitos irreconocible pero manejables. Consejos para que se porte bien.
El verano tiene una alta tasa de esta abandono de animales domésticos y es así que se ven perros y gatos, inclusive de raza, vagando por playas, parques y rutas. Las causas más frecuentes por las cuales una persona o una familia decide deshacerse del animal son muy variadas, pero la inadaptación o la desadaptación suele ser una de las más comunes.
Esta última puede aparecer ante una mudanza, definitiva o temporaria, y se expresa desde el animal con conductas no esperadas. Agresividad, destrozos, ladridos excesivos, razones por las cuales la convivencia resulta imposible.
Abandonar o deshacerse del animal en cuestión representa la vía más sencilla para solucionar el problema pero ¿qué pasa cuando la desadaptación se produce durante las vacaciones, en un domicilio que la mascota registra como extraño? El problema puede disiparse con un poco de atención y sentido común. Sabemos que estos comportamientos no son formas de venganza o celos, habrá que pensar que probablemente son síntomas o demandas de ayuda.
Adaptarse al ambiente es sobrevivir y sus mecanismos de adaptación tiene un tiempo que no comulga con los de los períodos vacacionales que son tendencia. Pero la presencia de estos mecanismos ha permitido a algunas especies sobrevivir, mientras que otras se han extinguído.
Así muchos animales desarrollaban sus armas depredadoras, otros se adaptan con conductas similares a las de una presa: huyen de la casa o buscan alimento todo el día, en señal de supervivencia; otras reaccionan con patologías ante climas y hábitats extremados.
Los seres incapaces de adaptarse a nuevas condiciones son un dolor de cabeza para sus dueños.
En muchos casos la vida de una familia que tiene ritmos frenéticos durante el resto del año y poco tiempo por dedicarles encuentra una ventaja para estos amigos durante el período de descanso. Lo mejor será armarle una nueva rutina de hábitos y salidas frecuentes, para que descargue su tensión y vuelva a casa cansado. Caminatas, baños de mar, nuevos juguetes y el cambio de alimentación, más tentador que el habitual, suelen resultar.
La socialización con nuevos pares, presentarle otros mundos posibles, nuevos amigos, pondrá al extremo todos sus estímulos y lo harán verse más feliz. No son los mejores tiempos para una educación adecuada, ante la aparición de comportamientos instintivos, indeseables o incontrolables lo mejor será y pensar en aquello que nadie quiere afrontar de “falta poco para que terminen las vacaciones “. Seguramente con la vuelta a casa volverá la normalidad.
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