Que nadie se quede atrás: cómo remolcar a un compañero de ruta
En situaciones donde estamos alejados de la civilización y hay que ayudar a una 4x4 averiada, un sistema rígido de remolque será la clave para salir del apuro.
Por Marcelo Lusianzoff
No son pocas las veces, pese a la gran confiabilidad de las 4x4 de hoy, que en alguna travesía uno de los compañeros sufre una avería imposible de solucionar. Si esto sucede en un lugar alejado, por lo general las compañías de seguros no lo cubrirán (lean su póliza). Por ello, en el caso de que el vehículo pueda rodar, podremos traerlo a la civilización o a un taller para intentar un posible arreglo.
En una nota anterior hablábamos de la importancia de una eslinga dentro del equipamiento. Pero si bien esta nos puede sacar de un apuro, no es lo indicado ni lo permitido. Muchos habremos pasado por la nerviosa experiencia de tratar de frenar nuestro vehículo para no impactar al que nos esta tirando, con el pedal de freno como una piedra al no contar con el servo. Por ello es necesario contar con un sistema rígido.
Este es el único permitido en el artículo N°48 de nuestro Código de Tránsito (Nacional), el cual expresa: “Remolcar automotores, salvo para los vehículos destinados a tal fin. Los demás vehículos podrán hacerlo en caso de fuerza mayor utilizando elementos rígidos de acople y con la debida precaución”. La reglamentación de la misma no contiene ningún otro concepto que haga a sus características. Lo que sí se entiende claramente es que está prohibido hacerlo con una eslinga.
Con respecto a elementos rígidos, podremos optar entonces por dos opciones, la lanza y la lanza triángulo. La primera es comercializada casi siempre en forma de dos caños acoplables bastantes endebles. Lo cierto es que es muy bueno también proveernos de una reforzada. Preferentemente de por lo menos 1,40 m de largo, cualquier medida inferior nos parecerá mínimo. Este tamaño, en general, entra en las cajas de las camionetas grandes. Otra opción es colgarla del chasis, con buena y segura sujeción mecánica y otra de seguridad aparte. Debe ser provista de cadenas o grilletes en sus extremos.
No obstante, en este caso el manejo también es engorroso y necesita que alguien maneje el vehículo remolcado. La lanza triángulo, por el contrario, si bien tiene como contra su tamaño y la dificultad para agarrarla del auto remolcado si no agarres; su gran ventaja es que no requiere del manejo del auto a remolcar. Éste copiará todas las maniobras del vehículo auxiliar. Siempre deberemos conducir con precaución a una velocidad adecuada y debiendo tener muy en cuenta el peso muerto extra que se lleva a la hora de frenar.
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