La NASA ha vuelto a dar la nota con un nuevo proyecto que se destaca por los inusuales empleados que ha contratado para su realización: los narvales. El proyecto OMG, Oceans Melting Greenland, se inició con el fin de estudiar el deshielo en las aguas de Groenlandia.
En el proyecto OMG trabajan científicos de varias disciplinas y universidades, como también estos particulares cetáceos. La elección de emplearlos se debe a que diariamente se sumergen a profundidades muy difícil de alcanzar para el ser humano.
Durante cinco años se monitorizará los niveles de agua y los cambios de temperaturas de la placa continental en la que se encuentra Groenlandia. El objetivo es tener unos datos más exactos de las corrientes que fluyen desde el suelo marino de la zona. Estas corrientes de agua salada que vienen del interior tienen una temperatura más alta, de modo que al alcanzar los fiordos derriten el hielo del glaciar. El objetivo del proyecto es medir el volumen de las aguas de mayor temperatura cada año para calcular la relación con el volumen del deshielo, el cual está teniendo consecuencias bastante preocupantes.
En el medio de todo esto están los narvales, que asumirán el inusual rol de oceanógrafos. Para ello será fundamental la alimentación, ya que el deshielo trae consigo más presencia de plankton y krill, comida para los cetáceos, que suelen buscar hasta los 1.800 metros de profundidad. El seguimiento de la actividad de los narvales será fundamental para determinar con más precisión el ritmo en el que el hielo desaparece en Groenlandia.
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