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CAZA | 03-11-2014 10:21

Cauquenes: del mito a la realidad

Hasta hace poco tiempo la caza de estas aves estaba permitida, y hoy son especies prioritarias en el plan nacional de conservación. Por qué.
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El grupo de cauquenes o gansos australes comprende cinco especies exclusivas de Sudamérica. Todas pertenecen al género Chloephaga (del griego kloe= pasto; faga= comedor) y tres de ellas son migratorias: el cauquén común (Chloephaga picta), el cauquén cabeza gris o real (C. poliocephala) y el cauquén colorado (C. rubidiceps). Los primeros exploradores españoles las nombraron erróneamente como avutardas debido a su parecido con estas aves europeas, emparentadas con nuestras chuñas. Siguiendo un instinto migratorio ancestral que los impulsa a recorrer anualmente grandes distancias, año tras año arriban los cauquenes a las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro durante el otoño, provenientes de sus áreas de cría en la Patagonia austral.

Ecología 

Son aves acuáticas esbeltas, de patas palmadas, cuello y cabeza pequeños. Su pico es corto, deprimido y fuerte. Externamente, y por sus hábitos herbívoros, se las ubica junto a los gansos, ocupando su nicho ecológico, pero están emparentadas con los patos. Son

aves longevas que pueden vivir hasta 30 años y fuera de la temporada de cría son gregarias, formando bandadas que no superan el centenar de individuos.

En su migración recorren unos 1.300 km entre la Patagonia y Buenos Aires, siguiendo dos rutas principales: por la costa patagónica y la precordillera. La mayoría arriba a Buenos Aires en abril-mayo, donde permanen hasta agosto-septiembre. La reproducción se da de octubre a diciembre. Al llegar se alimentan intensamente para afrontar la demanda energética de la reproducción, en especial las hembras. Forman parejas monógamas que se mantienen de por vida y construyen el nido en el suelo o en huecos de árboles (cauquén cabeza gris) tapizado con plumón, cerca del agua para propiciar una vía de escape a los pichones. Según la especie, ponen de 5 a 10 huevos y sólo incuba la hembra. Luego de 28-32 días, eclosionan los pichones cubiertos de plumón, que se valen por sí mismos y son cuidados por sus padres hasta que vuelan en 50 días. Unos pocos llegarán a adultos: la depredación por zorros, visones, gaviotas cocineras, caranchos, halcones y eskúas es alta.

Un mito rural 

Los cauquenes se alimentan de vegetación nativa y, en ciertos casos, de cultivos, produciéndose conflictos con el sector rural que los hace responsables de ocasionar pérdidas económicas. En el siglo XVI comenzó la transformación de la llanura pampeana en agroecosistemas, aumentando la oferta de alimento, en especial pasturas y cereales de invierno. Algunas especies autóctonas desaparecieron pero los cauquenes se adaptaron a estos cambios y fueron declarados plaga nacional en 1931. Desde ese momento se los persiguió mediante la destrucción de nidadas, acción incentivada por

el Servicio de Sanidad Vegetal (en Tierra del Fuego se destruyeron 63.000 huevos en una temporada de cría y 180.000 huevos entre 1972 y 1974), la caza plaguicida y deportiva ilimitada, el arreo con aviones y el envenenamiento con cebos tóxicos. Sin embargo, no existieron pruebas científicas que demostraran su impacto negativo en los cultivos.

Según los especialistas, el pisoteo es despreciable, el pastoreo no produce efecto perjudicial para los cereales y el solapamiento trófico con ovejas sería mínimo. Las pérdidas económicas, en caso de haberlas, son muy inferiores a los costos de los métodos para su control.

Nota publicada en la edición 506 de Weekend, noviembre de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al tel.: (011) 4341-7820 / 0810-333-6720. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

03 de noviembre de 2014

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Bárbara Roesler

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