Cuenta la leyenda que la ciudad francesa de Saint-Tropez debe su nombre a Caius Silvius Torpetius o Torpès (San Torpetes de Pisa), un oficial romano de la corte de Nerón, nacido en Pisa, que fue convertido al cristianismo por San Pablo, lo que engendró la cólera del emperador Nerón, quien lo hizo decapitar el 29 de abril del año 68. Su cuerpo fue depositado en una barca en compañía de un gallo y un perro, y remontó el río Arno con viento del este. El 17 de mayo alcanzó la costa de la actual Saint-Tropez, donde se rinde culto a su cabeza conservada en Pisa.
Geográficamente, Saint-Tropez es una localidad y comuna francesa ubicada en el departamento de Var, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, uno de los centros turísticos más importantes de la Costa Azul, zona también conocida como Riviera Francesa o Ribera Francesa, denominación que recibe una parte del litoral mediterráneo en el sureste francés que se caracteriza por ser uno de los centros mundiales del turismo y residencia de numerosos personajes célebres. La Costa Azul, además de Saint-Tropez, alberga localidades como Montecarlo, en el Principado de Mónaco, y Cannes, esta última conocida por su festival de cine.
Por ser un selecto reducto de lujo, hay hoteles y restaurantes de refinada categoría, donde los placeres suelen ser onerosos para el turista convencional. De ahí que muchos viajeros recorran el lugar de pasada hacia otras ciudades, ya que su presupuesto no les da para alojarse, lo que no es el caso del expresidente argentino Mauricio Macri, quien por estos días se encuentra en estas costas mediterráneas.
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Para quienes sí tengan planes de alojarse en Saint-Tropez, la habitación doble de lujo más económica en alguno de los casi 70 hoteles de la ciudad está en el orden de los U$S 600 la noche, y trepa hasta los U$S 1.400, según la ubicación (vista o no del mar, por ejemplo) y los amenities. El top five del glamour está conformado por: Hôtel La Bastide, Hôtel Le Yaca, Hôtel de Paris, Hotel Le Mandala y Althoff Villa Belrose. Aunque hay opciones más sencillas, y hasta departamentos y posibilidad de alojamiento bed&breakfast.
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Hôtel La Bastide
Hôtel Le Yaca
Hôtel de Paris
Hotel Le Mandala
Althoff Villa Belrose
Superado el tema del alojamiento, no deberíamos irnos de Saint-Tropez sin disfrutar de los exquisitos platos del mediterráneo francés, y restaurantes es –justamente– lo que abunda. Cinco con buena calificación son: Napoleon, Cheval Blanc, La Ponche, Le Girelier y La Petite Plage. A modo de referencia, los valores de platos son: gambas con vegetales frescos, U$S 110; pasta rellena de trufa negra y foie gras, U$S 120; ensalada de verdes, U$S 12; postres en el orden de los U$S 40.
Restaurante Cheval Blanc
Restaurant Napoleon
Restaurant Le Girelier
Restaurante La Ponche
Restaurante La Petite Plage
Para no irnos de Saint Tropez sin haber experimentado una cuota de adrenalina, la alternativa es el parasailing, (desde U$S 90 una persona; U$S 105, dos) una actividad de moda en el mar Mediterráneo que permite observar toda la costa desde los 100 m de altura sujeto a un paracaídas que es remolcado por una lancha. Quienes no se animen, pueden optar por el esquí acuático o el wakeboard. O por nada: bastará con ver las velas al viento desde un lujoso parador en la costa con un refrescante trago en la mano,
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