Saturday 7 de September de 2024
TURISMO | 27-07-2024 19:00

Circuitos originales para disfrutar del invierno en Buenos Aires

Lugares para conocer en barrios que, tradicionalmente, no revisten contenido turístico. Rarezas, curiosidades y sitios insólitos organizados en tres circuitos por la Ciudad Autónoma. Galería de fotos.
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La ciudad de Buenos Aires cuenta con barrios que, por sí solos, resultan atractivos para visitar, pero hay otros que si bien no son tan turísticos, poseen diversos puntos de interés para recorrer. Sitios que dan rienda suelta a numerosas curiosidades y rarezas esparcidas por la urbe porteña. Relevamos distintos puntos y armamos tres circuitos pensados como paseos diferentes y hasta tal vez asombrosos, ideales para el fin de semana o para estas vacaciones invernales porteñas. 

El primero de los recorridos se extiende por avenida Rivadavia y cercanías. Comienza en el barrio de Once, al 3.216 de la citada arteria la Casa de los Pavos Reales resalta con ejemplares de esta ave en su fachada, más otras especies diversas. En la zona de Almagro, Quintino Bocayuba 151, el curioso pasaje San Carlos exhibe sus casas simétricas y una muy linda vista del templo homónimo ubicado en la vereda contraria. Pasando por Caballito, en Parral al 100 (altura Rivadavia 5.200), la calle se corta con el ferrocarril y permite conocer el pasaje más angosto y corto de la ciudad: Los Alpes, una pasarela de 1,50 m de ancho, paralela a las vías del Sarmiento. Desde la esquina, por Yerbal derecho hasta el 700, se arriba a una pequeña plaza en la cual nace la única avenida que empieza en peatonal para luego transformarse en Honorio Pueyrredón.

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Doblando en la esquina (Rojas), a sólo 100 m se llega a otra plaza: Primera Junta y, frente a ésta, el añejo Mercado Del Progreso de 1889. Más de 150 puestos, callecitas internas y su fachada clasicista del año ‘30 con el nombre del mercado en estilo Art Decó junto a un reloj de la época. Lindero a la plaza, el último tranvía aún transita por la ciudad. Es un coche portugués de 1927 y realiza un recorrido turístico gratuito durante los fines de semana.

A unas pocas cuadras, en Av. Rivadavia 5.894/6/8, aparecen las fachadas de varios edificios que inspiraron al poeta Baldomero Fernández Moreno en su famoso soneto “Setenta balcones y ninguna flor”, aquellos que hoy en día siguen despoblados y con la misma fisonomía. Finalmente, vale seguir hasta Donato Alvarez, doblar, cruzar las vías y a 50 metros girar por Bacacay e ingresar a la histórica Playa de Cargas y Patio de los Lecheros, pasando por el añejo arco de entrada. En 1912 se propulsó el Servicio de leche de Caballito del FC Oeste, que funcionó hasta la década del ‘60. Se cargaban los tarros lecheros para su distribución, y en el sitio todavía se conservan los depósitos y los andenes, hoy convertidos en un centro artístico y cultural. En la parte frontal, un pintoresco polo gastronómico ocupa los recintos reciclados.

Segundo circuito 

Arranca en el barrio de Boedo, precisamente en Zelarrayán y Av. La Plata, donde a metros de la intersección nace el extraño pasaje Butteler, único en forma de X de la ciudad. Las cuatro callecitas van hacia la pequeña plaza Enrique Santos Discépolo. Muy cerca, la Av. Francisco de la Cruz lleva hasta Del Barco Centenera, y en ésta, al 2.452/8, se aprecia la Veleta del Mercurio, quizás la única que se conserva en movimiento en la ciudad. Sobre la cúpula de una fábrica, su estructura está forjada en cobre de 3 mm de espesor, mide 3 m de alto por casi 3,20 de ancho y, a través de ella, se puede seguir la orientación del viento. 

Continuando hacia el Parque Chacabuco, en Puán 794 se asienta el Pacará de Segurola, un retoño de aquel árbol original de 1770 donde Saturnino Segurola aplicaba la vacuna antivariólica. El cercano Flores Sur alude al Papa Francisco (en Membrillar 531) se encuentra la casa donde pasó parte de su infancia y juventud. Hoy de la construcción original sólo se conserva un patio interior. En la esquina, la placita donde jugaba a la pelota; y a pocas cuadras, en Varela 268, se ubica la casa donde nació el Sumo Pontífice en 1936, la que se mantiene casi igual: en ambas propiedades hay placas alusivas.

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Sobre la Avenida Bilbao al 2.384 se aprecia una casa de estilo afrancesada con techos de mansarda, vivienda que perteneció a Baldomero Fernández Moreno. Siguiendo por la misma arteria, al 3.474 (Floresta Sur) está la Parroquia Nuestra Señora de Luján, réplica del mismo tamaño y estilo que el primer santuario existente en Luján, antes de la actual y famosa Basílica. Sencilla construcción blanca y campanario con tejas rojas que contrastan con el color de las mayólicas de la cúpula posterior. La parroquia posee una ventana y una reja del primitivo santuario, de 250 años de antigüedad.

Finalizando este itinerario, siempre por esta avenida hasta el 3.900, se ingresa al Parque Avellaneda para conocer la simpática estación Onelli del trencito de trocha angosta de 1936 que aún funciona con recorridos recreativos. Vecino, el único casco de estancia que se conserva intacto en la ciudad: la Chacra de los Olivera (o “Los Remedios”) utilizado para fines rurales hasta 1912, cuando pasó a la ciudad y fue convertido en un centro de exposiciones.

Tercer recorrido

Empieza en la Plaza Irlanda, situada en la avenida Gaona al 2.200. Sobre la vereda aparece una rara construcción del año 1935, de aspecto rectangular con cuatro columnas, techo, escalera de mármol que desciende a bajo nivel y baranda ornamentada. Este sitio se utilizó como un complejo de baños públicos, y fue clausurado en 2000 cuando empezó a usarse como vivienda de indigentes. Por Donato Alvarez hasta Juan B. Justo y de allí a la esquina de Andrés Lamas, se ubica otra plaza: la Roque Sáenz Peña. Allí se levanta un monumento dedicado a Norberto Pappo Napolitano, quien fuera vecino del barrio y falleciera trágicamente con su moto en la Ruta 5, próximo a Luján. Desde 2007 están depositadas aquí las cenizas de este famoso rockero argentino.

Cerca de allí, en Terrada 2.410, está la casa donde vivió Mariano Mores durante su juventud y en la que compuso el tango “Cuartito Azul”, inspirado en las paredes de su habitación. Sin plata para comprar pintura, en aquel entonces él mismo pintó las paredes con una mezcla de agua, cal y jabón azul para lavar la ropa.

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Siguiendo por Villa del Parque, hay que llegarse hasta la calle Campana 2.059 para ver dos apacibles pasajes cortados en T. Uno de ellos es el Dantas, con sus añejos adoquines y su estrecha calzada para un vehículo; y el otro es el Granville con numerosas plantaciones, pérgolas, escalones y farolas, atractivo combo que lo convirtió en una colorida peatonal. Muy cerca, en Viladerbó 2.370, se encuentra otro insólito pasaje. El pintoresco Martín Pescador, único en la ciudad porque nace y finaliza en una calle paralela a él, después de prolongarse por un par de cuadras. Comienza al 2.300 de Viladerbó y culmina al 2.100.

Culminando el circuito, se retoma por Campana y una vez cruzadas las vías aparece el Castillo de los Bichos, curiosa mansión de cinco pisos rematada por una cúpula elegante que un noble italiano construyó para su hija y para celebrarle allí la fiesta de casamiento. El día de la boda, la mala fortuna hizo que, en presencia de los invitados, la pareja fuera arrasada por el tren cuando el carruaje nupcial cruzaba las vías. Ante el trágico suceso, los padres volvieron a su país natal abandonando el castillo, deshabitado luego por muchos años.

Más allá de estos circuitos, hay sitios aislados que también vale la pena agendar. En Coghlan por ejemplo, sobre Washington al 2.948 se encuentra el Segundo Obelisco de la Ciudad. De menor escala y color marrón rojizo, desde la época de su construcción y por su similar fisonomía, esta torre de ladrillos fue llamada así por los lugareños. Se ve desde varias cuadras y se levanta en el parque de una casona de la ex Obras Sanitarias. Posee una abertura en la cima y está a gran altura para evitar molestos olores, dado que se utiliza como ventilación de la segunda red cloacal de la ciudad. 

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Obras artísticas a cielo abierto se reparten en otros puntos de la ciudad, como por ejemplo en Villa Crespo (esquina de las avenidas Corrientes y Scalabrini Ortíz), donde se aprecia el simpático monumento a Osvaldo Pugliese y su orquesta. Alberga un grupo escultórico que lo representa a él y a su grupo musical con figuras caricaturescas. Para el lado de Palermo, en Olleros 3.951 se extiende el conjunto de viviendas Casa Amarilla, donde numerosos departamentos del año 1927, curiosamente se construyeron sobre las antiguas caballerizas de la Comisaría 29 (allí además, una placa en el frente recuerda a Carlitos Balá, quien vivió y pasó su infancia en este solar). 

En Barracas resalta el pasaje Lanín con los frentes de las casas revestidos con venecitas, artísticamente trabajados por el maestro Marino Santa María; como también los Túneles y el Templo Escondido de la iglesia de Santa Felicitas, en Pinzón 1.480 donde además se conservan reliquias de los inmigrantes del siglo XIX y reproducciones de los vestidos de Felicitas. Por último, sobre las Barrancas de Belgrano asoma una Estatua de la Libertad, mucho más pequeña que la neoyorquina, pero también realizada en bronce por el francés Fréderic Bartholdi.

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Marcelo Ruggieri

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