Fernando nos dice: “Venite que ya están las bogas maleconeras!!”, así que nos sumamos a la partida con Natalia, Mariel y Capa. A las 8.30 ya estábamos en la Marina del Sur de Berisso listos para subir al trucker Mesías. Los 5 con cubrebocas como corresponde, cada uno con su bebida y pertenencias personales manteniendo distanciamiento. Hicimos el rol de salida frente a Prefectura Río Santiago, y a los 15 minutos ya estábamos atados a los palos de los malecones.
Ni bien llegamos nos anclamos del lado interno del canal, una jornada de viento este y el agua bajando lentamente. Comenzamos a tener buenos piques de grandes bogas, como el río nos tiene acostumbrados en esta época del año. Algunas chicas también. Capa y yo tuvimos la suerte de pescar primero, Fernando pinchó un carpón enorme dejando la caña en el posacaña mientras nos asistía y realizaba filmaciones de los piques que íbamos teniendo. Toda la atención.
Tracker: el cuchillo del rastreador
Hermosas corridas nos ofrece esta especie y más cuando utilizamos equipos livianos. Luego Natalia se lució con una hermosa boga y detrás Mariel también nos llenaba de escamas. Una pesca más que entretenida compartida con mujeres pescadoras. Por momentos las bogas tomaban masa dulce, salada, salamín, pero lo que más resultado nos dio fue el maíz remojado en vainillin que Fernando tiene siempre preparado para la ocasión. Ademas de cebar la zona con maíz para acardumarlas.
Pude observar en los palos y también en un enganche que tuve con mi anzuelo, los mejillones que hay. Esta es la comida preferida de la boga que con sus dientes los rompe y alimenta. En un momento Natalia decidió cambiar la línea, colocó una brazolada más larga para encarnar con lombriz y dar con las especies de piel. Nos contaba que le encanta este tipo de pesca. Lo bueno de estas salidas es que uno aprende de todo. Por momentos sacó muy buenos bagres amarillos y algunas boguitas chicas.
El viento comenzó a aflojar, el calor se hacía sentir y el agua comenzó a parar lentamente. Fernando nos consultó si deseábamos pescar del otro lado, donde los palos seguramente nos generarían perder varios piques a causa de las corridas aguas abajo. Ya sea por enganches en los palos o piedras, nos ganarían la corrida en el minuto uno, pero si se clavan les va a parecer que tienen un torpedo enganchado!!!.
Así que no dudamos. Las últimas horas de pesca que nos quedaban hicimos la maniobra de anclarnos del otro lado y fue tal cual nos describió. Los piques se habían espaciado, pero cuando llevaban no había manera de tenerlas ya que trabajábamos con el pick up bien abierto para en el momento de la clavada no romperle el labio. Una jornada de pesca increíble, un día que acompañó, conocimos amigos nuevos y se nos dio a todos. Gracias Fernando Sánchez por brindarnos la revancha que nos debían estas damas del Plata.
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