Un cartel nos anunciaba la entrada a Kakel Huincul, mano a Buenos Aires. Desde el 2019 que no visitábamos esta laguna situada en el Km 264 de la Autovía 2, en Maipú. El ingreso es mediante un camino de tierra que está en muy buenas condiciones, serán unos 1.500 m, muy cerca a la ruta. Se trata de un espejo de aguas muy claras que hace un par de años sufrió un bajo nivel como la mayoría de nuestras lagunas, pero sus especies siguen intactas: taruchas, carpas y en invierno podemos dar con algunos pejerreyes.
Bien temprano llegamos y nos recibió Marcelo, con la cordialidad que nos tiene acostumbrado. Previa salida sacamos el permiso de circulación de actividades deportivas/culturales/turismo en la web y lo sumamos a la app Cuidar. Ni bien llegamos comenzamos a vadearla hacia la izquierda, lugar con mucha vegetación y sectores de juncos. En ese lugar debimos ingresar al agua ya que es una zona muy baja. Mientras la vadeábamos y caminábamos nos encontramos con muchísimo barro, se nos hizo complicado caminar sin enterrarnos hasta casi la cintura.
Buscamos algunos claros para hacer los lances de nuestros artificiales, los únicos que podíamos utilizar eran los de superficie. Recorrimos los casi 800 m que nos separaban del camping, pero no obtuvimos ningún ataque. Sí vimos mucha actividad de carpas, en algunos casos de grandes portes. Apenas ingresábamos en el agua las taruchas salían disparadas hacia adentro como torpedos, quedándose a uno 15 m.
Visto que no concretábamos ningún pique decidimos caminar hacia la derecha del muelle donde se forman varios claros entre la costa y los juncos. En algunos lugares pudimos usar artificiales de media agua como para ver si podíamos molestaras y hacerlas subir pero también corrimos con la misma suerte. Muchas carpas paseándose delante nuestro veíamos desde una pequeña barranca.
Ya era pasado mediodía, así que decidimos hacer un alto para una recarga de baterías y por la tarde probar en el muelle de 205 m. Un pequeño descanso y allá salimos. Obviamente llevamos los artificiales: probamos algunos de superficie y lipless para ver si dábamos con ellas en el fondo, pero nada. Por las dudas había llevado un par de boyas plop, así que sin desanimarme saqué un par de líneas. Gentilmente se nos acercó un joven pescador, Santi, quien nos regaló parte de sus mojarras para que probáramos suerte.
Ahí sí, ¡por fin! Después de unos minutos pudimos tener algunos piques de esta especie que nos esquivó toda la mañana. Se nos terminaron las mojarras y fuimos a la proveeduría para conseguir un poco de filet de carpa que nos rindió muy bien. Para ese entonces había aflojado el viento norte haciendo que el agua se planchara, ese fue el momento clave donde todos los pescadores comenzamos a tener piques en las líneas de flote con un solo anzuelo.
Varios les colocaban una brazolada de unos 70 cm con un plomo para hacer lances mas largos y anclarla. Algunos sacaban imágenes, otros no, pero en lo que si coincidían es en que todos las devolvían con muchísimo cuidado (imagino que deben ser aquellos pescadores que ya incorporaron esta modalidad en sus salidas). Igualmente, al ingresar al camping hay un cartel que indica que la pesca de tarariras en esta laguna es con devolución para que todos puedan disfrutar esta pesca.
Eran las 5 de la tarde y corrimos con la suerte de haber sacado varias, no de grandes portes pero bastó para salvar la salida. De repente prendieron el ventilador, se levantó un viento de por lo menos 35 km/hora que hizo que el agua comenzara a moverse mucho y perder su transparencia. Ahí fue cuando se nos cortó el pique en todo el muelle. Viendo que no iba a aflojar decidimos dar por terminada la jornada de pesca para emprender el viaje a casa.
Antes de retirarnos charlamos con Marcelo, a quien le preguntamos cuándo habían abierto, y nos comentó que este es fue primer fin de semana (el 5 de diciembre) que retomaban la actividad. En la semana tuvieron que abrir la compuerta porque se habían encontrado que casi no había agua para las embarcaciones en el muelle, por eso tal vez no dimos con las tarariras cerca de la orilla ya que el agua estaba un poco fría para la época. Nos despedimos antes de que el día llegue a su fin comentándole lo mucho que disfrutamos de esta laguna y del servicio que brindan.
Aquellos que les gusta caminar, vadear con waders, buscando esos lugares que no todos alcanzan, no se pierdan esta oportunidad de conocer sus aguas cristalinas y muelle de 200 m. El lugar también cuenta con alquiler de botes, kayaks, excursiones de pesca con guía en trucker para 4 personas, remolques hacia los puntos de pesca, fogones, parrillas, alquiler de dormis, sanitarios con ducha con agua caliente, proveeduría, artículos de pesca, carnadas.
Facebook: Kakel Huincul, Tel.: 02268 15673329 (Marcelo).
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