El hecho de pescar, para muchos es una cuestión cultural. Mucho más para el salteño, un aficionado que disfruta de una tradición familiar en un dique emblemático como Cabra Corral. Se trata de un destino que, en los tiempos normales, los pescadores ingresaban en los catamaranes y disfrutaban de la acción piscatoria hasta las 6 de la mañana, o lo hacían en el puente o de orilla en los tantos puntos que disponían los cañófilos. Con la llegada de la cuarentena por la pandemia de coronavirus, en 2020, establecieron los horarios de pesca y ya a las 2 de la mañana ya no se podía pescar más. Todo cambió, y esa costumbre histórica quedaría en el olvido, ya que poco pasa de la medianoche que la fuerza policial invita a retirarse a los pescadores y nadie queda en el ámbito. Así podemos resumir parte de lo que expresa el diario El Tribuno de Salta, el que aborda esta problemática a poco más de un mes de la puesta en vigencia del Reglamento 2025-2026, aprobado mediante la Resolución 406/25 y publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, del que difundiéramos días pasados.

Cuando el 15 de julio último se publicaron en el Boletín Oficial las nuevas reglamentaciones, una de ellas liberaba las restricciones de los horarios para la pesca deportiva. En el mundo de la caña hubo festejos, con al menos dos semanas de liberación hasta que el intendente de Coronel Moldes, Omar Carrasco, estableció nuevamente la restricción y volvió al horario de pandemia. Ese reglamento, por un lado, libera los horarios, pero por otro le da incumbencia de restricciones a los municipios.

Según cuenta en su portal el diario salteño, la pesca deportiva mueve las economías regionales como en todo el país. El dique despertó la creación de un amplio circuito comercial, con negocios afines al ramo y mucho de gastronomía, por lo que las limitaciones y la falta de pesqueros lleva a golpear los ingresos de esa gente. Los pescadores, de acuerdo con lo señalado por lugareños, deben erogar números importantes en tiempos de bolsillos vacíos. Sólo para ir a una tarde de pesca se gastan unos $ 50.000 por persona, entre comida, viaje y el costo de un catamarán que está en los $ 10.000 por persona. Para la actividad orillera, les preocupa la pérdida de los accesos al dique, ya que el Municipio ha vendido muchas porciones de tierra y ya quedan escasas bajadas a pescar, siendo la mayoría ya parte de propiedades privadas.

Desde la óptica de los propietarios de catamaranes las opiniones se dividen. Por un lado, hay quienes quieren que sigan las restricciones porque más horas de trabajo es tener que pagar más a los que operan las embarcaciones. Este grupo asegura que no pueden subir más el precio de embarque, más pensando en que muchos aficionados van en grupos familiares. Se trata de catamaranes que transportan entre 40 y 50 personas. Otros, sin tener problemas con los horarios, destacan que para las noches de primavera y verano deberían desregular y cada uno pesque a la hora que quiera y pueda.
En una problemática que tanto pescadores como propietarios de embarcaciones coinciden es que ellos no son el problema de la falta de pescados en el dique. Desde hace muchos años que no se siembran peces y la presencia de las redes siempre está latente. El aficionado pide, con lógica, que la acción depredatoria sea un delito y no solo una contravención, ya que, en este momento, se secuestran las artes de pesca ilegales y, en un rato, los furtivos quedan en libertad.

Ante esto, los pescadores realizarán el trámite formal de pedido de información sobre las mencionadas problemáticas. "Vamos a plantear varias cosas. Una será un pedido de justificativo de porqué se toman todas estas decisiones de los horarios. Buscamos una respuesta legal y científica para ver si así involucramos a otras áreas como, por ejemplo, Recursos Hídricos, Vialidad, que son las autoridades que tienen que ver con el dique. También, con una respuesta más lógica, podremos comprobar si la medida es legal o no. Además, y pensando en el negocio inmobiliario que se desplegó en el dique, se pondrá en la lupa la desaparición de algunos caminos vecinales.






























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