Un reciente estudio elaborado por un equipo de científicos alerta a los amantes de las mascotas acerca de los graves riesgos que implica compartir la cama con ellos como consecuencia de la detección de un gen especial llamado Gen Mcr-1 que puede transmitirse de perros a humanos.
Dicho gen fue identificado en un estudio reciente en cuatro personas sanas y en dos perros domésticos. En ambos casos, se detectó que tanto los canes como sus respectivos dueños lo portaban. Según los profesionales, desde que en el año 2015 se tuvo por primera vez noticia de la existencia del Gen Mcr-1 en China, ya se lo ha detectado en miles de personas y de animales en todo el mundo.
De acuerdo con el estudio, este gen que se encuentra en el intestino y se transporta a través de partículas fecales microscópicas ofrece una alta resistencia al antibiótico colistina, que se emplea en las personas cuando ya existe resistencia a todos los demás antibióticos, por lo que se estima que, si no se lo controla, para 2050, el Mcr-1 puede llegar a matar a 10 millones de personas al año.
Por ello, los científicos advirtieron a las personas sobre los riesgos para la salud que implica compartir sus camas con perros domésticos que tengan el Mcr-1. Además, advirtieron que las canastas para los perros también son un área de alto riesgo de contagio, debido al contacto diario con las personas.
“En el peor de los casos, una combinación de Mcr-1 con bacterias que ya son resistentes a los medicamentos, podría llegar a causar una infección imposible de tratar”, reportaron los autores de la investigación que, para constatar si las mascotas realmente actúan como reservorios del gen, buscaron resistencia a la colistina en bacterias en las muestras fecales de las mascotas y sus dueños.
Mcr-1: un gen letal
Las muestras fueron tomadas a 126 personas sanas que convivieron con un total de 102 gatos y perros en 80 hogares ubicados en distintos lugares de Lisboa, Portugal, entre los meses de febrero de 2018 y 2020. El resultado del estudio arrojó que tanto todos los participantes como 61 de las mascotas estaban sanos, en tanto que 23 tenían infecciones de piel y tejidos blandos (SSTI) y las restantes 18 presentaban diferentes clases de infecciones en el tracto urinario (ITU).
Pero, lo que llamó poderosamente la atención de los investigadores es que ninguno de los gatos examinados portaba ese gen peligroso. “Aunque la transmisión en ambas direcciones es posible, se supone que en este caso el gen se transmitió de perro a humano”, reveló la doctora Juliana Menezes, responsable de la investigación.
”En general, las personas afectadas no tenían ninguna infección y, por lo tanto, no necesitaban ningún tipo de tratamiento. Por su parte, los perros enfermos finalmente fueron tratados con éxito”, agregó la especialista.
Por último, los expertos explicaron que mientras los resultados del nuevo estudio demostraron que el gen Mcr-1 puede transmitirse entre perros y dueños, la colistina es el último recurso para su tratamiento. “La colistina se usa cuando todos los demás antibióticos han fallado; es un tratamiento importante de último recurso. Si las bacterias, que son resistentes a todos los medicamentos, adquieren este gen de resistencia, se volverían intratables, y ése es un escenario que debemos evitar a toda costa”, señaló Menezes.
“Sabemos que el uso excesivo de antibióticos promueve la resistencia, y es importante que se utilicen de manera responsable, no solo en la medicina, sino también en la veterinaria y en la agricultura”, concluyó.
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