Durante lo que pretendía ser una de las tantas habituales y tranquilas tardes de navegación por las inmediaciones de la Reserva de biosfea Patagonia Azul, en la provincia de Chubut, un equipo de restauración de Fundación Rewilding Argentina (FRA) se llevó una tan inesperada como hermosa sorpresa al avistar la presencia de una nueva población de ballenas jorobadas sin precedentes en el mundo entero.
Lo que más les llamó la atención a los especialistas es que las caras inferiores de las colas de esas cuatro curiosas ballenas jorobadas que lograron avistar mientras nadaban tranquilamente por las aguas del lugar, presentaban patrones que no se repiten en el resto de sus pares.
“Las ballenas jorobadas se distribuyen en todos los océanos del mundo, pero no es una especie que esperábamos ver en esta zona. Cuando avistamos a un grupo de cuatro inmediatamente cargamos las fotos en un catálogo online que cuenta con más de 75.000 individuos distintos y los compara con los registros de todo el mundo. Y cuando no hay coincidencias, como en este caso, significa que el individuo no ha sido registrado antes en ningún otro lugar del mundo”, explicaron desde FRA.
“A ese catálogo le sumamos 14 individuos nuevos durante los cinco meses que estas ballenas permanecieron en la zona, entre fines de octubre de 2021 y marzo de 2022, que también nos permitió confirmar que nunca se había registrado que una población de ballenas jorobadas permanezca en esta zona”, agregaron.
Según los especialistas, la población de ballenas jorobadas viene recuperándose muy bien desde que se prohibió su cacería hace 50 años, cuando se estimaba que quedaban aproximadamente 450 individuos. Afortunadamente, según datos oficiales, actualmente se estima que la población en el Atlántico Sur ronda los 25.000 ejemplares.
“Estamos a la espera de su regreso, después de la migración estacional, atentos a que alguna de las ballenas registradas en Patagonia Azul sea identificada en otro lugar del mundo. Esto nos daría idea de la población a la que pertenecen, qué tipo de migraciones hacen, y si están conectadas con la población creciente de las Islas Malvinas”, señalaron desde FRA.
“Esperamos que estos avistajes pasen de ser sucesos aislados a comunes en la región de Patagonia Azul. Durante años, el mundo se iluminó quemando aceite de ballenas, pero, afortunadamente, hoy, las ballenas iluminan las miradas de quienes tenemos el placer de encontrarse con ellas” concluyeron.
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