A pesar de los problemas en las importaciones, a pesar de los robos y la inseguridad en el tránsito, a pesar del encarecimiento para comenzar en la actividad, y a pesar de la inacción casi absoluta en medidas a nivel oficial, el cicloturismo sigue explotando.
Travesía solitaria en busca de los durmientes
¿Por qué? Casi resulta ilógico que la actividad haya crecido exponencialmente los últimos 7 años a pesar de todos los impedimentos. A nivel oficial solo recibió una “Declaración de Interés” en la provincia de Buenos Aires en el año 2012 y el “efecto rebote” por la creación de bicisendas que provocó que muchos usuarios urbanos le tomaran el gustito a la bici y empezaran a utilizarla los fines de semana para hacer miniturismo. Otro de los factores es que, a diferencia de otros deportes en que la edad y el estado físico es excluyente, con la bici se puede empezar en cualquier momento (siempre con los debidos recaudos).
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Todos son bienvenidos
Por eso también se han nutrido nuestras filas de exjugadores de fútbol y corredores de running que por los años de golpes y lesiones su actividad ya les resulta perjudicial; al no existir el impacto del pie contra el suelo la bici no los perjudica. Considero que los factores principales en la convocatoria son: la facilidad de comprarla con tarjeta de crédito y financiarla, la gran cantidad de modelos en todas las gamas, la existencia de varias compañías que aseguran nuestras bicis, y los distintos grupos que organizan salidas a través de las redes sociales.
Estos grupos han surgido en todo el país y tienen diferentes características. Algunos se orientan a los trayectos largos o “salidas de alforjas” de un par de días; otros efectúan salidas cortas de pocas horas; unos hacen miniturismo en el día; algunos se enfocan a las salidas gastronómicas de pocos kilómetros y mucha comida; en tanto otros les apuntan a las sendas, algunos se dedican solo a la tierra y otros realizan salidas urbanas visitando sitios históricos. Pero todos tienen características comunes: la mayoría de las travesías son gratuitas, se asesora y apoya a los nuevos, y el clima de camaradería resulta excepcional.
Las redes sociales son el nexo preferido para proponer salidas, coordinarlas y luego viralizar el evento. Por eso la actividad entre semana de los bikers es buscar en eventos del finde siguiente, y elegir cuál interesa para pedalearlo. El domingo a la tarde-noche las redes estallan: los bikers de todo el país comienzan a subir fotos de las salidas realizadas. Tierra o barro, sierra o llano, sendas o asfalto, selva o desierto, todos con la característica en común de la amplitud en edades de cada grupo y de que los dos sexos pedalean por igual.
La composición del grupo de una salida cicloturista oscila entre los 18 y 65 años, y aproximadamente el 40 % son mujeres: ¿qué deporte puede ostentar semejante inclusión? Obviamente que antes de cada salida se mencionan los kilómetros a recorrer, el nivel del recorrido (inicial, medio o avanzado) y el ritmo de marcha. El o los coordinadores generalmente utilizan handys para regular dicho ritmo, con un lema en común: “Todos salen - todos vuelven”.
En nuestras salidas cicloturistas nadie “queda tirado”. Frente a eventuales pinchaduras, roturas mecánicas o bajón físico, todos tiran parejos para hacerle el aguante al caído. A todos nos ha pasado de salir a rodar hecho una furia y volver a remolque de otro compañero.
La meta: romper la rutina
Pero en muchos, el gatillo disparador para subirse a una bici y pedalear es el mismo que tuve hace años: la necesidad de distensión mental para escaparnos de las tensiones y la rutina diaria. Cualquier sábado o domingo nos van a ver con nuestras bicis, alforjas o mochilas, cascos y luces pedaleando “en manada”. Somos, como todos, trabajadores con ganas de desenchufarnos y disfrutar de la naturaleza y el deporte. ¡Los esperamos!
Nota completa publicada en revista Weekend 536, mayo 2017.
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