Las ventajas de un viaje sin derrotero fijo y con margen de tiempo son que nos permiten descubrir lugares que de otra manera pasarían desapercibidos. En este caso, unas empanadas riojanas nos encaminaron a un sitio mágico. Con Juan Franco Badiali recorríamos la provincia de La Rioja en una Kangoo. Las ventajas de un utilitario son que las bicis entran armadas, que sobra lugar para nuestros equipajes y que tienen autonomía para parar y pedalear en cualquier momento, con lo que se aseguran buenos trayectos por zonas desconocidas.
Travesía solitaria en busca de los durmientes
Luego de cruzar la magnífica Cuesta de Miranda y rumbo a Villa Unión, nuestras provisiones empezaron a escasear. Aprovechando la presencia policial en el cruce de las rutas 40 y 76, nos detuvimos a preguntar dónde podíamos efectuar una parada técnica. “Ahí nomas”, nos dijo el oficial de turno. A menos de 300 m había un restaurante y allí encargamos unas empanadas. Mientras esperábamos fuimos a la oficina de turismo de Villa Unión para asesorarnos.
Nota completa en la edición 491 de Weekend, agosto de 2013. Si querés suscribirte a la revista y recibirla en tu domicilio, clickeá aquí.
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