Durante mucho tiempo, en la elección de un rifle los usuarios buscábamos la que considerábamos la mejor acción, el calibre adecuado a nuestras necesidades y la calidad de sus materiales, mientras que a la culata se la aceptaba tal como venía en el arma seleccionada, ya que era un componente más. A lo sumo buscábamos la de veta más bella, si era de madera.
Gran error, ya que la culata es en realidad el nexo entre el arma y el tirador, algo que los escopeteros conocen bien desde tiempos inmemoriales. Fueron disciplinas de alta exigencia –tales como el bench rest y el long range– las que comenzaron a cambiar la historia con culatas que se adaptaban totalmente al físico del tirador y a las necesidades de cada modalidad. Fusiles especializados comenzaron a ofrecer modelos con culatas con varias regulaciones, hasta que apareció el chasis. Este concepto permite adaptar cualquier arma larga de las que hay en plaza: sólo hay que reemplazar su culata original por un chasis. ¿Como definirlo? Tal vez como un receptáculo que llevará la acción y el cañón de nuestro fusil, que tiene todas las regulaciones posibles y oficia de culata.
Competir con lo importado
Estos elementos fabricados por empresas de accesorios se popularizaron ampliamente, ya que evitaban tener que comprar un arma especial a la vez que nos permitían utilizar la que ya teníamos. En esta oportunidad, una empresa nacional aceptó el desafío de competir de igual a igual con lo importado, al diseñar y fabricar el primero de producción nacional. El chasis KRA está pensado y diseñado para el tirador de fusil de precisión, especialmente de long range, y si bien su diseño es estándar, puede también ser personalizado a requerimiento del usuario. Realizado íntegramente en aluminio Aircraft de alto rendimiento, en su versión de aleación más resistente y de máximo temple, su diseño consta de dos partes principales construidas en un solo bloque metálico, lo que le confiere una gran resistencia, aún con un uso extremadamente intensivo: por un lado el soporte del conjunto acción/cañón y, por otro, la culata, íntegramente realizada en un centro de maquinado CNC luego de haber sido proyectada y diseñada para la máxima precisión.
En cuanto al pistol grip que se provee con el chasis, es ajustable a cualquier tamaño de mano, ya que está equipado con seis cachas de distintas medidas para ese fin. La culata, por su parte, está diseñada y construida de forma tal de permitir una máxima capacidad de regulación, lo que facilita su adaptación en altura de carrillera, profundidad y alto de cantonera. De esta forma se asimila a la anatomía del tirador, dándole la máxima comodidad en el momento del disparo.
El chasis viene de fábrica con alojamientos premecanizados para rieles tipo Picatiny en ambos laterales, y también en su parte inferior para el montaje de un bípode, además de un minirriel bajo la cantonera para el montaje de un monopod, si es requerido. En los laterales y bajo el cañón tiene espacios de ventilación especialmente diseñados para tal fin. El acabado de superficie puede ser a elección del usuario: anodizado de distintos colores o tratado con Cerakote de un color a elección. Sin duda, un producto nacional que seguramente será muy bien recibido por los tiradores de disciplinas de precisión a largas distancias y que ya se encuentra en nuestro mercado a partir de los $ 120.000, según modelo.
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