Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

Colón Fábrica, en pleno barrio de La Boca, exhibe los magníficos vestuarios y decorados de nuestro primer Coliseo. Foto: Patricia Daniele

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Así es Colón Fábrica, un depósito visitable de escenografías y vestuarios

Un enorme y muy bien puesto galpón del barrio de La Boca guarda y exhibe los trabajos que un equipo de 400 personas produce en nuestro primer coliseo. Ideal para fotografiar y fotografiarse con elementos y mobiliarios sorprendentes. Galería de fotos.

Por Patricia Daniele

Colón Fábrica es una idea maravillosa y emocionante. En un gran galpón ubicado en el barrio de La Boca se almacenan vestuarios y escenografías de nuestro primer coliseo y además, para suerte de los visitantes, los exhiben de manera muy artística, como no podría ser de otra manera. Y una gran visita guiada es el complemento ideal para comenzar a descubrir este patrimonio hecho por artesanos argentinos. Como dicen desde el Teatro Colón, traspasar la entradas es ingresar a "un mundo maravilloso para conocer la magia que late detrás de escena. Una experiencia en la que el visitante verá las grandes producciones surgidas de los talleres de uno de los pocos Teatros Fábrica del mundo, en el que se puede crear y realizar todo lo que necesita una programación de excelencia: escenografías, trajes, pelucas, zapatos y hasta efectos especiales, todo en un espacio único en la ciudad, donde conviven el arte y el patrimonio, la producción de nivel internacional y los ancestrales oficios teatrales".

Como si esta presentación no bastara, hay que destacar que se trata de una exhibición itinerante, tal como reconociera la coordinadora general de este ámbito Silvia Tissembaum, pues todo lo que hay aquí se usó y probablemente se usará en breve en las puestas porteñas o en préstamo a otros teatros. Tal es así que a veces los traslados de figuras colosales como los guerreros chinos que hay en la entrada: miden 5 m de altura y cada uno pesa 150 kg, requiere de ser llevados despacito de La Boca al centro porteño y eso toma su tiempo porque no dejan de ser elementos delicados. 

Los destacados

El visitante es recibido con un despliegue de trajes históricos realizados desde 1920 a 2019, según lo que va explicando Agostina, una de los guías del lugar que lo califica como un "depósito visitable" antes de recordar que la fábrica real está debajo en la 9 de Julio, donde están la carpintería, la herrería, el sector de esculturas y donde trabajan 400 personas  Para una escenografía se tarda, haciéndola durante los siete días de la semana, entre dos meses a un año, según el grado de complejidad y de detalle que lleve. Así se pueden ver esculturas gigantes como la usada en el Ballet Don Quijote que permiten imaginar cómo es estar adentro del escenario. ¡Sobrecogedor! Y esta visita es tan lúdica que se pueden agarrar los objetos exhibidos para sacarse una foto, lo mismo que sentarse en el mobiliario, todo original y hecho a mano.

Hay mucha cartapesta pero también vestuarios originales como el que diseñó Gino Bogani para la versión operística de la película Un tranvía llamado Deseo. Y si, los trajes, que responden también a crear efectos particulares en el espectador, tienen una variedad increíble. Llama la atención la espectacular escenografía y vestuario firmados por el ganador del Oscar Eugenio Zanetti para la versión de Los cuentos de Hoffman que dirigió. Incluso un telón de fondo que se ve desde todos lados aporta una idea de lo grande que es el escenario del teatro. y se tarde entre 3 a 10 días su pintura.

Caption

El 26 de mayo de 1908 el Teatro Colón se inauguró con la representación de la ópera Aída de Giuseppe Verdi, misma obra que abre la temporada anual. Para el 110 aniversario, en 2018, se cumplió con la tradición y en este enorme depósito se exhibe parte del vestuario y la escenografía, que incluye particulares esfinges de telgopor de 4 metros de altura y 100 kg de peso que demuestran que lo que no se ve en escena, no se hace, pues una no está completa. Se trabaja en base a un prototipo en escala que luego se va armando al tamaño necesario.

El vestuario de Un tranvía llamado Deseo lo hizo GIno Bogani.


Colón Fábica, ubicado en Av. Pedro de Mendoza 2163, CABA, se puede visitar viernes, sábados, domingos y feriados de 12 a 18. El precio de la entrada general es de $ 600 y con visita guiada de $ 800. Salvo que sean estudiantes o jubilados, hay que comprarlas on line. Las entradas pueden comprarse únicamente con tarjeta de crédito o débito en la web, o en la boletería de predio. Son personales e intransferibles y son válidas sólo para el día y horario para el que fueron adquiridas. Para la modalidad de recorrido libre, el tiempo de permanencia es de 1 hora. Los cupos diarios son limitados. El recorrido de la visita guiada tiene una duración aproximada de 40 minutos.

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