Todos los intentos por reinventar la rueda surgen de las masas no suspendidas. Foto: Weekend

Su gran ventaja radica en su comportamiento dinámico (reduciendo las masas no suspendidas) y el menor consumo de energía. Foto: Weekend

En 2003 Franco Sbarro volvió a sorprendernos con una rueda que integraba un motor de combustión interna. Foto: Weekend

En el salón de Ginebra de 1989, Franco Sbarro presentó la novedosa Orbitale, una rueda sin eje. Foto: Weekend

Los frenos inboad son frenos de discos y pinzas ubicados en el eje del coche. Foto: Weekend

Su mayor contra está en que interfiere en el comportamiento dinámico del auto. Foto: Weekend

¿Es necesario?

Los increíbles intentos por reinventar la rueda

A lo largo de la historia se han visto diferentes propuestas que buscaron optimizar el rendimiento de una pieza tan antigua como simple.

Siempre se están buscan nuevas formas de mejorar los diferentes objetos y herramientas que integran nuestra vida diaria. Lo vemos en las computadoras, celulares, electrodomésticos, autos, etc. Pero algo que parece con haber cambiado con el paso de los años es la rueda. Una pieza tan antigua como simple, pero que efectivamente varias veces se ha tratado de reinventar dentro de la industria automovilística.

Masas no suspendidas

Todos los intentos por reinventar la rueda surgen de las masas no suspendidas. En esencia, estas son la masa de la rueda y todo lo que va unido a la rueda y se mueve con ella, como las llantas o los frenos. Su mayor contra está en que interfiere en el comportamiento dinámico del auto.

Las llantas de aleación ligera ha sido la respuesta más común para reducir la masa no suspendida. Al reducir el peso de la llanta, también se reduce la masa.

Frenos inboard

Otra forma de reducir las masas suspendidas fue a través de los frenos inboad, que son frenos de discos y pinzas ubicados en el eje del coche. Se utilizaron en varios modelos, como el Citroën 2CV y hasta el Hummer H1, pero después fueron dejados de lado debido a su alto costo de mantenimiento.

Sbarro Orbitale

En el salón de Ginebra de 1989, Franco Sbarro presentó la novedosa Orbitale, una rueda sin eje. La misma estaba compuesta por una parte móvil, neumático, llanta y anillo de frenada; y otra fija, banda de rodadura interna, pinzas de freno, barra de dirección y triángulos de fijación.

Según su creador, la mayoría de las fuerzas a las que está sometida una rueda se aplican cerca del asfalto. Moviendo parte de la cadena cinemática a la base de la rueda hace que se consiga un bajo momento polar de inercia y por tanto un comportamiento dinámico más eficaz y con más aplomo.

Sbarro Unidad Motriz Autónoma

En 2003 Franco Sbarro volvió a sorprendernos con una rueda que integraba un motor de combustión interna. Uno de los prototipos que utilizó para presentar su creación fue una moto, la cual equipaba dentro de la rueda trasera un motor Yamaha de 160 CV.

Sbarro Orbitale Hybrid

Seis años más tarde Sbarro regresa con un concept car equipado de una rueda sin eje central. En este caso utiliza el concepto de su rueda Orbitale para instalar un motor eléctrico -de tan sólo 10 CV- en cada una de las ruedas traseras del vehículo, equipado de un 6 cilindros ubicado entre las dos ruedas.

Continental New Wheel

Diseñada para autos eléctricos, esta rueda integra el disco a la llanta -fijado a la llanta vía el eje central- mientras que la pinza de freno está en el interior del disco. Su gran ventaja radica en su comportamiento dinámico (reduciendo las masas no suspendidas) y el menor consumo de energía.

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