La extraña momia estaba encapsulada en el interior de un caparazón de barro. Foto: weekend

Se trata de la primera momia de este tipo que fue estudiada a través de métodos modernos de tomografía computarizada. Foto: Weekend

Imágenes obtenidas a través de una tomografía computada en 3D de un individuo momificado que muestra el caparazón y las secciones rotas. Foto: Gentileza Museo Chau Chak Wing y Macquarie Medical Imaging

ARQUEOLOGIA

Asombroso: mirá la extraña momia de barro que descubrieron en Egipto

Según los arqueólogos a cargo del hallazgo, el cuerpo momificado había permanecido durante varias décadas en el interior de un ataúd de madera equivocado. ¿A quién pertenecía? Videos.

Un grupo de arqueólogos australianos descubrió una forma previamente desconocida de preservar los cuerpos en el antiguo Egipto, tras encontrar una extraña momia encapsulada en el interior de un caparazón de barro.

Según el estudio publicado en la revista científica Plos One, si bien se trata de la primera momia de este tipo que fue estudiada a través de métodos modernos de tomografía computarizada, los autores de la investigación aún no han podido determinar su antigüedad, al tiempo que sugieren que “nuevos estudios radiológicos en otras momias que no sean de la realeza podrían revelar más sobre esta misteriosa práctica”.

La investigación también sacó a la luz otro detalle sorprendente: la  fecha de antigüedad de la momia y del sarcófago que habían sido comprados por el egiptólogo y uno de los fundadores de la Universidad de Sídney, sir Charles Nicholson, durante un viaje a Egipto, en 1856, no coinciden.

Es que mientras la inscripción del sarcófago identifica a la propietaria como a una mujer con título llamada Meruah y la  iconografía la ubica aproximadamente en el año 1000 a.C.,  el análisis actual de la técnica de momificación y la datación por radiocarbono de las muestras textiles de las envolturas de lino ubican el cuerpo momificado a finales del Reino Nuevo (c. 1200-1113 a.C.).

Esto significa que el cuerpo es más antiguo que el ataúd, lo que, según los científicos, es una clara prueba de que "los comerciantes locales del siglo XIX colocaron un cuerpo no relacionado en el ataúd con el objetivo de venderlo como un conjunto completo".

Si bien la momia que se encuentra en el Museo Chau Chak Wing de Sídney, Australia, ya había sido sometida a una tomografía computarizada  completa en 1999, los autores de este estudio, encabezados por Karin Sowada, de la Universidad Macquarie de Sídney, decidieron repetirlo, usando la tecnología actual.

Así, mientras los datos obtenidos a partir del análisis tanto de los dientes como del esqueleto de la momia determinaron que se trataba de un joven adulto de entre 26 y 35 años de edad, las características sexuales secundarias óseas (huesos de la cadera, mandíbula y cráneo) sugieren, claramente,  que se trata de una mujer.

Los especialistas  también descubrieron que el cuerpo habría sufrido graves daños relativamente poco tiempo después de la momificación inicial, y que tanto el caparazón de barro como las envolturas adicionales fueron aplicados con el objetivo de reunificar y restaurar el cuerpo.

Por último, los investigadores señalaron que “el caparazón daba a quienes cuidaban del difunto la posibilidad de emular las prácticas funerarias de la élite de recubrir el cuerpo con una costosa cáscara de resina importada con materiales más baratos y disponibles en el lugar".

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