Los datos enviados por la Voyager I desconcertaron a la NASA. Foto: NASA

El ACCS es esencial para que la Voyager transmita datos de la NASA sobre su entorno interestelar circundante. Foto: NASA

Por el momento, el problema del sistema no ha llevado a la antigua nave espacial a entrar en modo seguro Foto: NASA

Los científicos no pueden predecir si esto podría afectar el tiempo que la nave espacial puede recopilar y transmitir datos científicos. Foto: NASA

REGISTROS CONFUSOS

La sonda Voyager I está enviando a la Tierra datos desconcertantes desde el borde del sistema solar

De acuerdo con la NASA, las lecturas del sistema de orientación de la nave que lleva 45 años investigando en el espacio no reflejan lo que realmente está sucediendo en su interior.  

Si bien la nave espacial Voyager I continúa con su viaje fuera de nuestro sistema solar tal cual lo previsto por los científicos de la NASA, los últimos datos que envió a la Tierra han desconcertado a los investigadores, ya que las lecturas del Sistema de Control y Articulación de Actitud de la sonda (AACS) no parecen coincidir ni con los movimientos ni con la dirección de la nave, lo que indica que la nave está confundida acerca de su posición.

“El ACCS es esencial para que la Voyager transmita datos de la NASA sobre su entorno interestelar circundante, ya que mantiene la antena de la nave apuntando hacia nuestro planeta, explicó, a través de un comunicado de prensa, Susan Dodd, directora de Proyectos del Voyager 1 y 2, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Si bien de acuerdo a lo informado por la NASA todas las indicaciones sugieren que el AACS funciona con normalidad, los datos de telemetría que está enviando de regreso parecen generarse aleatoriamente y no reflejan lo que realmente está sucediendo a bordo.

Igualmente, por el momento el problema del sistema no ha llevado a la antigua nave espacial a entrar en modo seguro, durante el cual solo realiza operaciones básicas.

“Hasta que se comprenda mejor la naturaleza del problema, el equipo no puede predecir si esto podría afectar el tiempo que la nave espacial puede recopilar y transmitir datos científicos”, agregó Dodd.

Ahora, Dodd y su equipo de colaboradores están abocados a la difícil tarea de poder descubrir cuáles son las causas por las que la Voyager I está enviando a la Tierra datos no deseados y equívocos y, así, determinar los pasos a seguir para su corrección.

“Hay algunos grandes desafíos para el equipo de ingeniería, pero creo que si hay una manera de resolver este problema con AACS, nuestro equipo la encontrará. También existe la posibilidad de realizar cambios de software o usar uno de los sistemas de respaldo de la nave, tal como se hizo en el año 2017 cuando la Voyager tuvo que cambiar sus propulsores primarios a los secundarios debido a signos de degradación”, concluyó Dodd.

En esta Nota