El pato, deporte nacional, listo para encarar la parte final de su agenda

El pato, el deporte ecuestre que es patrimonio de nuestro país y lleva varios siglos de historia, atraviesa la segunda y última parte de su calendario deportivo que comenzó en febrero.

El cronograma, organizado por la Federación Argentina de Pato y Horseball (FAP), empezó con actividades regionales. Primero con el Torneo Remonta y Veterinaria del Ejército “Copa Cámara de la Industria Nacional Equina (CAMINE)” y luego el Torneo Argentino de Baja Ventaja “Copa Confederación Argentina de Deportes”.

Los certámenes nacionales, de gran relevancia y con gran concurrencia de público, se realizan en las instalaciones del Campo Argentino de Pato (Av. Arturo Illia, ex Ruta 8, Esquina Avellaneda - Campo de Mayo, San Miguel, Buenos Aires), epicentro del deporte y sede de la FAP.

La temporada 2022 continúa con el Torneo Argentino de Alta Ventaja “Copa El Cofre” el 21, 22 y 23 de octubre, que marca el comienzo del periodo de alto rendimiento. El plato fuerte del calendario será a inicios del mes próximo cuando se juegue la Triple Corona de Pato, que reúne a los mejores equipos de la temporada y que representan a la élite de la disciplina para disputar tres instancias al final del año: la “Copa Capital Nacional del Pato” (11,12 y 13 de noviembre), la “Copa El Recuerdo” (19,20 y 21 de noviembre) y la 80° edición del "Abierto Argentino de Pato" (26 de noviembre al 8 de diciembre).

El “Abierto Argentino de Pato” es la reunión de mayor excelencia deportiva y de concurrencia de público, en el que jugadores profesionales se encuentran anualmente para consagrarse poseedores del Pato de Plata, el máximo galardón de la disciplina. La final, que se organizará en el Campo Argentino de Polo en Buenos Aires, la disputarán los dos equipos que mayor resultado hayan conseguido a lo largo de las etapas clasificatorias. Se proyecta una asistencia, aproximada, de 5.000 personas a la que se sumarán invitados especiales, representantes diplomáticos de distintos países, autoridades nacionales, provinciales y locales, y periodistas de diversos medios.

El pato surgió hace más de 400 años ya que los primeros registros datan de 1610 durante las fiestas de beatificación de San Ignacio de Loyola. Los gauchos lo practicaban en las estancias, utilizando un pato muerto dentro de una bolsa de cuero con cuatro manijas para marcar los puntos (de ahí surge el nombre de la actividad deportiva). El 16 de septiembre de 1953, fue declarado “Deporte Nacional Argentino” a través del decreto 17.468, y se convirtió en ley el 31 de mayo de 2017, transformándose en  “patrimonio de todos los argentinos”.

En la actualidad se usa una pelota de cuero que tiene una cámara neumática y seis asas. Las dimensiones de la cancha deben tener entre 180 y 220 metros de largo por 80 / 90 de ancho, con un terreno llano  cubierto de grava o césped. En las cabeceras se colocan aros de 2,70 m de alto que tienen una red de 1,40 metro de profundidad. El juego lo disputan dos equipos de cuatro jugadores cada uno, numerados del 1 al 4 en posiciones prefijadas, y los caballos que montan son de entre 1,55 y 1,60 de altura de alzada. Los partidos de baja y media ventaja duran 4 tiempos de 8 minutos, mientras que en el alto rendimiento son 6 tiempos de 4 minutos.

Durante el encuentro, el equipo que posee el pato avanza hacia la línea final para arrojar al aro y así concretar un tanto. Cuando el balón está en el suelo, los jugadores de ambos planteles deben recogerlo, exigiendo un buen dominio del caballo y gran fortaleza física. Quien agarre primero al pato puede pasarlo a un compañero o cabalgar directo al aro.

Este último tramo del calendario promete mucho para aquellos que asistan a los encuentros: competencia de alto nivel, naturaleza y una  historia ligada a las raíces del ser nacional. El pato es tradición y un deporte que merece ser conocido por todos los argentinos.