Desde el pueblo neuquino de Villa Pehuenia partimos de excursión en una singular camioneta Land Rover Discovery que, en lugar de ruedas, tiene cuatro orugas para transitar la nieve sin empantanarse ni afectar la montaña. El guía aclara que nadie debe entrar por su cuenta en este lugar porque es peligroso no conocer los vados ocultos bajo la nieve. Avanzamos sobre la huella de una ruta abandonada hasta las ruinas de piedra de una aduana en la frontera entre Argentina y Chile, para atravesar pampas de altura donde no se ve otra cosa que un blanco unánime a los cuatro costados. Atravesamos bosques de araucarias milenarias con una panorámica radiante de Los Andes nevados. Nuestro destino es el Paso del Arco que se usaba en el pasado para ir a Chile, observando los hitos de hierro que demarcan el límite. Llegamos a una laguna al pie del volcán Batea Mahuida, donde nos colocamos raquetas en los pies para caminar. La guía nos ofrece alfajores con harina de piñón –fruto de araucaria– que comen los mapuches y un licor con el mismo ingrediente. El clímax llega con la propuesta de cruzar caminando la laguna congelada. Algunos dudan pero luego del primer valiente ya nadie se lo quiere perder.
Más info: www.impodi.tur.ar
Como en la Antártida
Desde la ciudad neuquina de Caviahue partimos sobre un vehículo antártico con orugas para trepar la montaña hasta las termas de Copahue, en una zona que los militares usan como entrenamiento antes de ir al continente blanco. Avanzamos sobre ondulaciones alisadas por una nieve unánime. Al llegar al pueblo de Copahue la mayoría de las construcciones están semitapadas de nieve y salimos a caminar con raquetas. El guía agrupa a los cuatro caminantes para sentarnos en un trineo que sale a recorrer Copahue al impulso de una moto de nieve. En el pueblo fantasma quedan algunos habitantes, así que almorzamos en un restaurante. La cumbre del día llega con un baño en la pileta de la laguna del Chancho, llena de barro sulfuroso y rodeada de nieve. Por la tarde algunos toman una clase de esquí de fondo y el que trajo su tabla de snowboard sale a practicar estilo libre. Quien domina la técnica regresa a Caviahue esquiando. La experiencia no es como llegar a la Antártida pero se parece mucho, salvo por la ausencia de pingüinos y mar.
La excursión con comida cuesta $ 3.000. En Villa Pehuenia también se hacen excursiones con oruga.
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