Cuando escuchamos hablar de Brasil no podemos dejar de pensar en la belleza de sus innumerables playas o lo imponente de la selva amazónica. Y referido a la pesca, sin lugar a dudas vienen a nuestra mente los famosos y combativos tucunarés o pavones, y multitud de especies de agua dulce que la selva tiene para ofrecer y que en los últimos años han tomado un lugar preponderante en los destinos elegidos por la mayoría de los pescadores de todo el mundo.
Pero poco escuchamos de la pesca de agua salada y mucho menos de los camurupim, más conocidos popularmente como tarpons. Desde la primera vez que mi gran amigo y colega Everton Pires me mostró fotos de la pesca que podía hacer desde, literalmente, el patio de su casa, quedé atrapado esperando la oportunidad de poder hacer unos lances a los famosos Reyes de Plata. Junto a Guido Perillo encontramos nuestra primera chance esta temporada y, sin dudarlo, nos embarcamos hacia Recife.
Comienzo prometedor y desafiante
Everton corroboró las mareas y el viento, y nos aconsejó el primer destino. La mejor opción parecía ser 6 AM. Como teníamos que manejar más de una hora hasta el punto, el madrugón fue la única chance. Ya en el lugar, todavía sin luz, bajamos en una precaria rampa de lanchas y nos dispusimos a navegar. Estábamos en el agua a la hora planeada. Nos quedaba esperar que algún movimiento denunciara la posición de nuestro esquivo contrincante. La paciencia aquí juega un papel crucial y va a definir el éxito o el fracaso de nuestra pesca.
Luego de varios minutos sin actividad, nos cruzamos un pequeño bote con pescadores artesanales que nos comentaron: “Los camurupin se encuentran más abajo, hay muchos rolando en cardumen”. Se imaginarán que sin dudarlo emprendimos marcha hacia el lugar indicado. Y así fue. Difícil calcular la cantidad, pero había grupos o escuelas de 10 a 20 individuos mostrando parte del cuerpo cada vez que se asomaban a la superficie para respirar.
Caña en mano y motor eléctrico para generar menos ruido, nos dispusimos a esperar y estar a tiro para realizar los primeros lances. Incluso Everton estaba sorprendido por la cantidad de actividad que se veía en la zona. Y así, lance tras lance, fuimos cubriendo cada zona donde los veíamos. Los resultados, en principio, fueron devastadores. Los esquivos reyes de plata nos estaban mostrando quienes mandaban, sin importar la presentación o precisión de los lances. ¡No picaban!
Después de más de dos horas en la misma situación, finalmente conseguimos embarcar al menos un ejemplar cada uno. Y cuando la marea bajó fueron desapareciendo sin dejar rastros. Era el momento de regresar a casa. Sin duda, estaban pero no fueron fáciles como nos imaginábamos. En nuestro primer día habían quedado más que claras las reglas de juego. Paciencia, recoger despacio y no bajar los brazos.
Conocer a nuestro adversario
Considerado uno de los peces más deportivos del mundo, el tarpon (Megalops atlanticus) es también conocido en algunas regiones del Brasil como pirapema, pema, tarpão y, más específico en Recife, como camurupim, camurim-pim o simplemente pim. Se trata de un oponente demandante. Contrincante astuto, perspicaz, ágil y energético, es un pez que la mayoría de las veces lleva ventaja durante la batalla con el pescador. Presenta el aspecto parecido a una sardina grande. Sus ojos son notorios, típico de peces que utilizan la visión para alimentarse. El cuerpo es alargado y achatado lateralmente. Con una boca de gran capacidad, pero sólida como roca a causa de su composición ósea.
Su aleta dorsal presenta el último apéndice inferior más alargado que los demás. La caudal es alta y en forma de horquilla, la que garantiza velocidad y poder en su nado. Ya se imaginarán por qué parece que tenemos un torpedo cada vez que conectamos uno de estos colosos. En cuanto a la coloración, es bien plateada, lo que le da el nombre del Rey de Plata. El dorso es gris azulado y varía de claro a oscuro dependiendo de su hábitat.
Podemos diferenciar dos tipos si de tamaño estamos hablando: los baby o bebés, y los gigantes. Los primeros son individuos que todavía no alcanzan los 15 kilos. Aunque, independientemente del tamaño, son conocidos por ser difíciles. Muchos pescadores aseguran que la estadísticas de piques es de 10 peces por una captura. Cuando hablamos de los tarpons gigantes, son los que pueden llegar a medir 2,5 m de longitud y pesar cerca de 150 kilos.
Otra característica importante es que tiene la ventaja de poder respirar en la superficie, debido a una adaptación de su vejiga natatoria. De este modo puede suplementar la respiración branquial, subiendo a la superficie a tomar oxígeno, y denunciando su presencia y posición. Esta modificación en su respiración garantiza que el tarpon pueda superar condiciones extremadamente precarias de oxígeno y, por lo tanto, ser la parte superior en la cadena alimentaria de los ríos urbanos.
Se caracteriza como un pez pelágico, presente en agua caliente, tropical y subtropical del Océano Atlántico, de aquí su nombre de atlánticus. A pesar de ser una especie costera, puede ser encontrada también en alta mar, aunque regularmente está en áreas salobres como estuarios, manglares y canales de áreas más bajas que están cubiertas durante las mareas altas, pero siempre se traslada acompañando los movimientos de las mareas. Ya sea en la tomada, donde sin dudarlo nos llevará hasta el baking, o por los acrobáticos saltos característicos, este pez es un contrincante de alto rendimiento que pondrá a prueba todas nuestras habilidades como pescador.
Pesca urbana
Recife es la capital del estado de Pernambuco. Está formada por islas, penínsulas y manglares. Y cuenta con seis ríos que la atraviesan: Capibaribe, Beberibe, Juquiá, Tejipó, Jordão y Pina. Nuestro siguiente destino fue Capibaribe. Las mareas se encontraban perfectas para este ambiente. Luego de atravesar gran parte de la ciudad, llegamos a la unión de dos brazos rodeados de edificios, puentes y autopistas. Era difícil pensar que uno se pudiera encontrar con buena pesca.
Apenas arribamos al punto elegido, ya vimos varios rolar desde lejos. Everton nos adelantó: “Se están moviendo en cámara lenta, prepárense”. La acción no se hizo esperar. Con recogidas lentas y continuas, tuvimos piques en forma constante. Incluso varios dobletes. Este juego sí era diferente y nos estaba gustando. De la misma manera que la jornada anterior, a medida que se retiraba la marea, los peces iban moviéndose, hasta que finalmente volvieron a desaparecer.
Este día ya había hecho nuestro viaje. Acción continua y posibilidad de afinarse con el trabajo de la mosca y las clavadas. La decisión de nuestro guía había sido más que certera. Conocer los lugares es solo una pequeña parte de esta pesca. Tener un conocimiento claro de las mareas, vientos y comportamientos acorde de estos peces hace la diferencia. Everton, con años de experiencia acumulada, lo manejó a la perfección.
Técnicas
Varían con la marea, acción del viento, estructuras y profundidades. En Recife, en el estuario o los manglares, en el mismo día es posible pescar en los paleríos, en los pilares de los puentes o en el agua baja cerca de las costas. Los lances pueden ser a pez visto (cuando es posible verlos en el trayecto que suben a respirar) o en lances a ciegas. También se irán presentando diferentes comportamientos cuando suben a respirar. Algunos lo harán bien rápido, mostrando apenas un poco de la caudal y moviendo el agua hacia arriba. Otros subirán más despacio, exhibiendo el dorso, las pectorales y la parte superior de la aleta caudal. Esta es la forma más común, y de esta manera nos denuncian su posición y dan más tiempo para reconocer la dirección, preparar el lance y colocar la mosca en la ubicación correcta: un metro adelante. Por lo general, cuando suben de esta manera se encuentran en momento de caza.
Dependiendo de la marea y del comportamiento, el trabajo de la mosca será lento y de forma constante. En otros casos, podemos tratar de forma más rápida, pero siempre constante. En lugares más bajos es posible utilizar artificiales de superficie. Los poppers pueden ser trabajados con toques agresivos y de forma pausada. Normalmente los atacan más de una vez cuando yerran, por lo tanto se aconseja continuar con el trabajo una vez errado el pique.
En los momentos en los que no vemos subidas, la opción de pescar en los palos puede ser la respuesta. Los lances tienen que ser precisos y con trabajos lentos podemos hacer la diferencia. La alternativa es una línea de hundimiento y dejar la mosca más cerca del fondo. Otra técnica puede ser buscarlos en el fondo, dejando la mosca jigar de forma más lenta, próxima al fondo del cauce. En general, los tarpons atacan las moscas de forma muy agresiva. Hay que recordar que tienen una boca bien osificada y, por lo tanto, muy dura. Por ello se debe clavar con firmeza al momento del pique y reconfirmar dos o tres veces más, siempre con la línea, nunca levantando la caña.
Cuando el pez se da cuenta de que está bien enganchado, va a saltar varias veces. Es muy importante que la línea permanezca siempre tensa en estos momentos. ¡No perder la tensión! Otro consejo importante es bajar la caña en el momento en que el pez salta, para que no se escape. Los tarpons tienen mucho aliento y no se rinden fácilmente, no hay que apurarse a embarcarlo.
La presentación de la mosca no tiene por qué ser delicada, pero es importante que sea en la dirección precisa. Observar el vector que sigue el pez y tratar de lanzar lo más rápido posible en ese sentido para que le pase por adelante. No hay que preocuparse por la belleza del lanzamiento o la presentación técnica, sino más bien hay que levantar y actuar rápido en su dirección.
Equipos
Es importante que los anzuelos sean de calidad, principalmente modelos de agua salada bien afilados. Los clásicos dan excelentes resultados y, a diferencia de lo que puede ser una percepción lógica, las moscas son de pequeño tamaño. Streamers diversos, Clouser Minnows, Tarpon Toads, Genesis y pequeños poppers funcionan bien. La famosa Cockroach, atada por Ruben Martín en colores claros, dio excelentes resultados. La mayoría en anzuelos 2/0. Es siempre aconsejable tener moscas totalmente blancas en nuestra caja. Los colores chartreusse (rosa, amarillo y naranja) también funcionan muy bien.
Cañas: #8 y/o #9 de acción rápida son las utilizadas, con un largo de 8 o 9 pies (1 pie = 30.48 cm). En cuanto a reeles, usamos de preferencia los de agua salada con un buen freno y capacidad de almacenamiento de 100 m de backing. Líneas: las de puntas de hundimiento intermedio (WF/I) #8 o #9 de torpedos agresivos para garantizar lances rápidos y de distancia. Los modelos más recomendados según nuestra experiencia son Río Outbound Short, Scientific Anglers Jungle Taper y Sonar, y Airflo Sniper, entre otras. También podemos utilizar modelos de flote de cabezas cortas. Finalmente, los líderes: recomendamos los de fluorocarbon de entre 50 y 60 lb (1 lb = 453.5 g), preferentemente sin nudos y de 1,7 m de largo.
¿Por qué Recife?
La existencia de un aeropuerto internacional, que garantiza mayor accesibilidad y precios más bajos desde otras capitales de Brasil, lo vuelven muy atractivo. Además, la distancia del aeropuerto a los principales puntos de pesca en manglares o estuario no es más que de 30 minutos en la mayoría de los casos.
El acceso a playas turísticas es otra gran cualidad. Por ejemplo, desde los puntos de pesca a la playa Boa Viagem (uno de los principales atractivos) hay de 10 a 20 minutos. El lugar, además, cuenta con gran diversidad de hoteles y posadas. Recife tiene una ubicación estratégica por estar entre las fronteras con las capitales atractivas para los viajeros del Nordeste, como João Pessoa (110 km) al norte y Maceió al sur (250 km). Además, es posible que el visitante-pescador disfrute del viaje y conozca otras capitales del Nordeste, como Natal (260 km) y Fortaleza (580 km). Desde Recife hasta la playa más famosa de Pernambuco –Porto de Galinhas– hay una hora de viaje en auto; hasta playa de Carneiros, 2 y unas 2,5 para llegar a Maragogi-AL, donde puede combinarse un viaje de pesca con otro.
Con una temporada larga, que va desde octubre, cuando empiezan los primeros calores, hasta pasado abril, momento en que aparecen las primeras lluvias y la posibilidad de que los ríos se ensucien, nuestro viaje continuó recorriendo día tras día diferentes opciones: desde pesca de vadeo sobre Recife cuando la marea lo permitió, hasta lances desde pilotes de puentes. Una variedad inigualable en un destino que se las trae.
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