La pesca de tiburones en nuestro Mar Argentino tiene cientos de seguidores, siendo algunos de ellos aficionados que se han hecho muy conocidos por sus destacadas capturas. Uno es Darío Esteban Vega, oriundo de la ciudad de 25 de Mayo, en el centro bonaerense, quien usualmente nos permite compartir sus vivencias con Weekend a través de la web. Este pescador apasionado por la búsqueda de los grandes escualos desde la costa es parte del proyecto Conservar Tiburones en Argentina, un trabajo codo a codo entre cañófilos, quienes pasan todos los datos de las capturas, y biólogos, quienes son los encargados del seguimiento y el registro de toda información posible.
La acción para Vega arrancó el último fin de semana de octubre, allí dio por iniciada una temporada que se extenderá hasta abril y lo encontrará recorriendo la costa desde Villa Gesell hasta el Puerto San Antonio Este. Como siempre, la familia fue parte de la salida y se sumó el amigo Aris Sosa con su hijo, ambos provenientes de Coronel Vidal. El ingreso al Faro se dio el viernes bien temprano, siendo lo primero el armado de un buen campamento para la comodidad de la familia. Luego sería el turno de armar los equipos y fondear con kayak y nadando, dos equipos cada uno.
Se adelantó la temporada en Santa Clara del Mar
La mañana sería de espera. Sin piques de los grandes, la diversión estuvo con la variada. Llegaría el momento del asado, y en plena tarde, alrededor de las 15 hs, llegó la primera llevada. Una hora demandó la pelea y finalmente se pudo sacar. Se trató de un buen ejemplar de escalandrum hembra de 2.70 m. Una captura lograda con una caña Sportex caramelo de 4 m, reel rotativo 12/0 y anzuelo circular 20/0, elemental para lastimar lo menos posible y poder quitarlo rápido para su rápida devolución tras el marcado.
No había pasado mucho de la primera emoción, que llegó el pique de la caña de Aris, una tremenda corrida que demandó otra hora más de lucha. En este caso era un tremendo bacota hembra de una contextura física enorme, siendo esta especie la más buscada por la gran pelea que siempre brinda. El ejemplar fue etiquetado y pescado con un equipo similar al escalandrum. En este caso, no como el anterior que había picado con cabeza de lisa, este se tentó a un encarne con corvina.
El día tendría algo más para nosotros, y no hay dos sin tres dice el dicho. Casi al final de la salida de pesca se daría otro pique tremendo, lo que demoró la partida. Otro gran escualo se prendió del anzuelo circular, un bacota que dio batalla por más de una hora y media hasta que pudieron capturarlo, marcarlo y devolverlo. Vale destacar que en algunos casos también se les toma una muestra genética para que los biólogos las analicen y sepan si son poblaciones únicas o diferentes.
La primera fue con éxito y seguramente vendrán más de estos momentos en la temporada que recién arranca. Emociones fuertes en canaletas profundas con los grandes del Mar Argentino, un plan para tener en cuenta.
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