Los miembros de la Apollo 11, cuya hazaña cumplió 50 años en 2019. Foto: Weekend.

Cualquier oportunidad para estar cerca de cohetes como el Saturn V se convierte en una experiencia maravillosa. Foto: Weekend.

Antes de subirse a un cohete, los astronautas deben someterse a pruebas en simuladores. Foto: Weekend.

ESPECIAL AL ESPACIO

¿Qué se necesita para ser un astronauta?

Entrenamiento y más entrenamiento, comidas especiales y muchas horas de simulador son parte de la preparación de estos especialistas.

Por Noelia Fraguela

El tipo de entrenamiento y los requisitos varían según el país y la agencia espacial. Pero, de mínima, se requiere un diploma universitario en una carrera de al menos cuatro años. Esta debe ser vinculada a Ingeniería, Biología, Física, Matemáticas, tecnología, psicología, enfermería, fisiología, ciencias sociales (geografía, antropología) y/o aviación con un mínimo de tres años de experiencia en su campo de estudios. También pueden aplicar los pilotos civiles de jets que tengan más de 1.000 horas de vuelo como responsables máximos de aeronaves.

Los primeros astronautas estadounidenses fueron seleccionados a finales de la década de 1950 entre pilotos militares, que también debían cumplir otros requisitos, como no haber alcanzado los 40 años, medir por debajo de 1,80 m o disponer de una forma física sobresaliente. Satisfechas esas condiciones básicas, tenían que superar severas pruebas militares, médicas, físicas y psicológicas. La última vez que la NASA publicó una convocatoria de este tipo fue en 2017. Recibió una avalancha de más de 18.000 solicitudes, de la que escogió a 12 personas. En la actualidad no hay restricción de edad y sólo es necesario tener las suficientes horas de vuelo para ser comandante o piloto: "Mientras se tenga un mayor dominio de las matemáticas y ciencias son mayores las chances para ser elegido astronauta. Se va a elegir al que tenga mejor rendimiento académico”, resume Jon McBride.

La docena de astronautas escogida en 1950 comenzó un exigente entrenamiento de dos años, en los que se los preparó en cámaras de vacío para manejarse en situación de ingravidez, realizando vuelos parabólicos en cortos periodos (20-25 segundos de gravedad cero) y prácticas de hasta siete horas es una piscina de 62 metros de largo, 31 de ancho y 12 de profundidad con un total de 22,7 millones de litros (el Neutral Buoyancy Laboratory). La dominación mental es otra de las cuestiones fundamentales para subirse a una nave. Los aspirantes deben estudiar materias como oratoria para expresarse bien en público y en el trabajo en grupo. Además, realizan entrenamiento de supervivencia, aprenden primeros auxilios, procedimientos médicos y cómo estar preparados ante emergencias. Pero tal vez la prueba más dura a superar antes de salir al espacio sea la centrífuga humana, una máquina que simula las fortísimas aceleraciones que sufre el cuerpo durante el vuelo suborbital y resulta determinante para saber si se está preparado física y psicológicamente para el reto. Con todo, una misión de 10 a 14 días en el espacio requiere una preparación de entre cinco y ocho años.

Otras agencias espaciales como la Esa (European Space Agency), la rusa FKA (Federal Space Agency, más conocida como Roscosmos) o la china CNSA (China National Space Administration) también realizan convocatorias para reclutar astronautas. En total, son 40 los países que han puesto a alguno de sus ciudadanos en el espacio. Esto equivale a superar la línea de Kármán, la frontera entre la atmósfera y el espacio exterior, a 100 km por encima del nivel del mar.

En todos los casos, los aspirantes también deben aprender el complejo funcionamiento de la Estación Espacial Internacional (en inglés, International Space Station o ISS), que es un centro de investigación en la órbita terrestre cuya administración, gestión y desarrollo están a cargo de la cooperación internacional. El proyecto funciona como una estación espacial permanentemente tripulada, en la que rotan equipos de astronautas e investigadores de las cinco agencias del espacio participantes: la NASA, FKA, la Agencia Japonesa de Exploración Espacial (JAXA), la Agencia Espacial Canadiense (CSA) y la ESA.

A lo largo del tiempo, los astronautas llegan a conocer muy bien a sus colegas puesto que visitan centros de entrenamiento en Estados Unidos, Rusia, Japón, Canadá y Europa. Así que también tienen que aprender al menos un idioma extranjero -el ruso, por ejemplo, dado que el inglés es obligatorio-, así como la adquisición de conocimientos sobre los experimentos científicos y las actividades especiales de cada misión. En definitiva, aunque lo más atractivo de los astronautas es que salen al espacio, lo cierto es que pasan casi todo su tiempo de trabajo en tierra. El día a día de esta profesión de élite consiste en identificar y corregir fallos de otros astronautas, ayudar a resolver problemas técnicos que experimentan colegas en órbita y crear herramientas y procedimientos nuevos para el futuro.