Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

Los buenos portes caracterizaron esta salida en la zona norte de nuestro estuario rioplatense. Foto: Daniel Rodríguez

MATUNGOS

El pejerrey sigue presente en el Río de la Plata Norte

Aunque para muchos son los últimos intentos con la especie, a la espera de doradillos y bogas, la realidad es que aún quedan varias semanas para seguir disfrutando de las flechas de plata.

Por Daniel Rodríguez

La idea era hacer una de las últimas pescas de la temporada del pejerrey, para ello, partimos desde el Tigre navegando el Río Luján hacia rio abierto, una vez que llegamos a la altura de la Basílica de San Isidro, la cual todos toman como referencia, giramos hacia la izquierda rumbo al Canal Mitre. Allí, siempre realizó una parada entre el Canal Costero y el Mitre, lugar donde la profundidad varía entre 1.5 m. y 2, 5 m. de acuerdo a las mareas presentes. 

En esta oportunidad, el viento prácticamente estaba ausente, apenas 5 a 8 km/hora, lo cual no nos permitía garetear, sumado a esto, la marea se encontraba quieta, por lo que las boyas no se alejaban de la embarcación. Aunque hay que destacar que, si bien en esta zona no es necesario dejar derivar las líneas como en Berisso, que los piques se dan entre los 60 a 80 metros, aquí a la mitad de la distancia de la embarcación, ya tenemos los primeros toques. 

Encarnamos con dos mojarras por anzuelo, el cual era nro. 1/0 para tentar a los grandes matungos y también haciendo una calle de ceba para atraerlos a superficie. En pocos minutos comenzamos a tener los primeros piques, los cuales eran pejerreyes entre los 35 a 45 cm. De buen porte y gordos, se veían bien alimentados. Utilizamos cañas de 4,30 m. y líneas de 2 boyas más el clásico palito, el cual es el más rendidor para esta especie.

Por momentos, los piques comenzaron a espaciarse, lo que motivó a movernos cerca del Canal, cuya profundidad, para aquellos que no lo conocen, es de 13 a 15 metros. Allí, cuando el rio se “pica”, se complica cruzarlo por el oleaje que produce esa profundidad. Ya eran alrededor de las 14 hs. cuando comenzó a subir la marea y a activarse el pique. También creció el viento del sector Este, el cual nos empujaba lentamente hacia la costa, con un garete más que excelente. 

Retomamos el mismo garete más de tres veces, en el cual a dos metros de profundidad teníamos los mejores portes. Tuve un pique que, al clavar, la caña ni se movió. Pensé que era algún pati, ya que en esta época comienza a activarse esta especie, sumándose doradillos y bagres, pero por suerte era un hermoso peje de 1,2 kg. Y casi 60 cm de largo. No lo podía creer cómo tiraba de izquierda a derecha, complicándonos para utilizar el copo, nerviosismo de por medio hasta que pudimos subirlo y disfrutar de esas fotos que quedarán para el recuerdo. 

Sin dudas, los pejerreyes siguen presentes en nuestro gran Río de la Plata, aprovechemos a disfrutar de esta especie hasta que comiencen a aparecer las de escamas.

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