El común de los encarnes es hacerlo con pejerreyes de 10 a 12 cm, aunque se ve que los grandes lenguados gustan de presas mayores. Foto: Luis Maturano

El común de los encarnes es hacerlo con pejerreyes de 10 a 12 cm, aunque se ve que los grandes lenguados gustan de presas mayores. Foto: Luis Maturano

El común de los encarnes es hacerlo con pejerreyes de 10 a 12 cm, aunque se ve que los grandes lenguados gustan de presas mayores. Foto: Luis Maturano

MAR CHIQUITA

Carnada grande = lenguado gigante

Amigos pescadores nos resumen una reciente salida con un matungo que destruyó, en parte, ciertos mitos que tiene la especie. 

Por Jorge Virgilio

Hace casi 2 décadas surgieron los foros de discusión, emblemáticos lugares para el cañófilo que ocupaba el lugar que hoy tiene WhatsApp. Para los que somos pescadores, ahí se planeaban cientos de salidas o se avisaba: "Voy a estar en la escollera de Mar Chiquita a la tarde". Con sólo eso, ya varios foristas se arrimaban y se entablaban muchísimas relaciones con aficionados de distintas localidades. Uno de esos sitios era el MDQ-Team, un espacio en el que conocimos a Luis Maturano y Alejandro Raso quienes, a más de 10 años de aquel cierre de la mayoría de esos foros, decidieron compartir una reciente experiencia de pesca al lenguado en uno de los lugares que siempre los apasionó como Mar Chiquita

Nos cuenta Luis que, enterado de una reactivación en los resultados de pesca en la albufera, no dudó en compartir ese interés con Alejandro, quien estaba llegando de un descanso en las Termas de Rio Hondo. Como suele pasar ante el convite que recibimos de un amigo, no dudó en aceptar y prepararon todo para ir al día siguiente, el sábado 28 de septiembre. Alistaron bote, motor y equipos, en una previa que comenzaba con la expectativa de siempre.

Se encontraron con la laguna con una bajante bastante considerada que provocaría una navegación complicada. A esto se sumó un viento de los que molestan, enturbian el agua y hacen más difícil la pesca. El día fue largo, casi sin emociones hasta que las ráfagas disminuyeron su intensidad, y casi a las 17 hs, llegó la sorpresa y el premio a la perseverancia. Un lenguado soberbio que acusó en la balanza 7,300 kg. No fue fácil copearlo, por lo que la maniobra les llevó tres intentos para entrar en el copo que parecía chico para semejante torta. 

De buen comer

El día entregaría más sorpresas, ya que la pieza fue para la mesa familiar y el disfrute gastronómico. Y allí Alejandro eviscerando la pieza se encontraba con un peje de alrededor de 28 cm en su estómago, algo que derrumba un poco la creencia popular que dice que la mejor medida de pejerrey para pescarlos está entre 12 y 15 cm. Sin dudas, esta captura confirma aquel dicho popular: “carnada grande, pescado grande”. ¡Felicitaciones! 

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