Una de las cuestiones más importantes es la de no exigirnos demasiado cuando estemos arriba. Foto: Weekend

Hay que entender que cada cuerpo es único, por lo que los tiempos de adaptación a la altura varían mucho entre una persona y otra. Foto: Weekend

En ascensos rápidos, lo mejor es evitar los alimentos pesados y las grasas. Foto: Weekend

Una semana antes, si es posible, es aconsejable realizar un pequeño ascenso. Foto: Weekend

Montañismo

Claves para aclimatarse en la altura

Mientras todas nuestras aventuras están en pausa debido al coronavirus, es un buen momento para repasar ciertas nociones que nos serán de gran ayuda cuando volvamos a la montaña.

Todo aquel que haya escalado una montaña, o planea hacerlo en algún momento de su vida, sabe muy bien que la altura es un tema ineludible dentro del montañismo. A medida que subamos, empezaremos a notar que nos falta el aire o que nos agitamos con movimientos muy básicos, también es común sentir dolores de cabeza o mareos. Para evitar esto, durante el ascenso debemos procurar realizar una aclimatación apropiada, que es básicamente la adaptación del cuerpo a las altas cotas. No hay una receta mágica para ello, ya que cada cuerpo es diferente y por lo tanto reacciona de una forma diferente; pero sí hay ciertas claves que debemos atender para disfrutar de la mejor manera nuestra salida a la montaña.

Hidratación: hay que estar muy bien hidratado durante toda la excursión. La teoría recomienda entre 4 y 5 litros diarios, algunos afirman que con un mínimo de 3 alcanza; pero en definitiva es algo que varía de cada situación. Eso sí, el agua es fundamental y nunca debe escasear.

Alimentación: en ascensos rápidos, lo mejor es evitar los alimentos pesados y las grasas. Nuestra alimentación debe enfocarse en la ingesta de carbohidratos. En cambio, si el ascenso es de varios días, es recomendable el consumo de proteínas y grasas, ya que favorece la recuperación muscular y nos brinda mucha energía.

Preparación: una semana antes, si es posible, es aconsejable realizar un pequeño ascenso, si se puede a una altura similar de donde se encontrará el primer campamento de nuestra travesía. Esto facilitará que nuestro cuerpo se acostumbre con anticipación a la disminución de oxígeno.

Nivel de exigencia: una de las cuestiones más importantes es la de no exigirnos demasiado cuando estemos arriba. Durante el ascenso es aconsejable llevar un ritmo constante pero cómodo, no hay que exigir de más al cuerpo, así puede adaptarse a la altura más fácilmente.

Conocerse: tal vez lo más importante de todo. Hay que entender que cada cuerpo es único, por lo que los tiempos de adaptación a la altura varían mucho entre una persona y otra. Por ende, es fundamental saber escuchar nuestro cuerpo, aprender a conocerlo y no exigirlo de más.