La empresa detrás de esta propuesta es Relativity Space, que construye cohetes con impresoras 3D para abaratar costos y fabricar iteraciones más rápidas. Foto: Weekend

El Terran 1 no es reutilizable, pero tiene una estructura y diseño muy similar al futuro Terran R. Foto: Weekend

La cuestión es si el cohete llegará a ser realmente reusable, ya que aún no han volado para demostrarlo. Foto: Weekend

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Así es el Terran R, el cohete reutilizable y construido con impresoras 3D

Es el proyecto más interesante de Relativity Space, una empresa que busca abaratar costos y fabricar iteraciones más rápidas. Será un competidor directo del cohete de Space X, el Falcon 9.

Últimamente, cada vez que hablamos de viajes espaciales, es común que surja el nombre de Falcon 9, el cohete reutilizable de SpaceX. La aeronave parece dominar el mercado de los viajes espaciales, por ahora, ya que le está surgiendo un competidor muy interesante, el Terran R, un cohete reutilizable y construido con impresoras 3D.

La empresa detrás de esta propuesta es Relativity Space, que construye cohetes con impresoras 3D para abaratar costos y fabricar iteraciones más rápidas. El primero de sus cohetes es Terran 1, que llegará a finales de este año. El siguiente será el mencionado Terran R, que contará con la enorme ventaja de ser reutilizable.

El Terran 1 no es reutilizable, pero tiene una estructura y diseño muy similar al futuro Terran R. Este último tendrán una capacidad de carga de 20.000 kilos, lo que lo convierte en un competidor directo del cohete Falcon 9 de SpaceX, que puede transportar hasta 22.800 kg. De momento, sin embargo, no se ha confirmado qué precio tendrá. Para hacernos una idea, el Falcon 9 tiene un coste de 62 millones de dólares por lanzamiento.

Más allá de estos interesantes datos, la cuestión es si el cohete llegará a ser realmente reusable, ya que aún no han volado para demostrarlo. A SpaceX le ha costado años conseguir que sus cohetes aterricen de vuelta en la superficie terrestre sanos y salvos.

Por su parte, la empresa neozelandesa Rocket Lab consigue capturarlos en el aire con redes gracias a que son más pequeños. Mientras que Blue Origin, de Jeff Bezos, es de las pocas que se encuentra en el selecto club de las constructoras de cohetes reusables. Otras como Aevum utilizarán directamente aviones.