La terminal aérea porteña resulta muy accesible para los vecinos de Buenos Aires. Antiguamente tenía la opción de despachar desde Aeroparque vuelos a naciones vecinas, algo que se recuperó en los últimos meses. Así ahora se puede viajar a Brasil o Perú, por ejemplo, desde esta terminal. Así vivimos la experiencia post vacaciones de verano de volar a Salvador de Bahía de manera directa con Gol Linhas Aereas, una empresa que cumplió 20 años uniendo ambos países.
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Es más sencillo y efectivo bajarse la app de la empresa para hacer el check in de manera eficiente y tener a mano todas las alertas atinentes a ese viaje. Cumplimentado el proceso, entregamos en el mostrador la valija a despachar y tuvimos la oportunidad de viajar en el sector de Premium Economy, una clase que brinda más comodidad, con mayor espacio para las piernas, asientos con más reclinación y el del medio siempre libre. Además, incluye beneficios como acumulación extra de millas, dos piezas de equipaje facturado sin costo y un servicio a bordo más completo, con comidas calientes. Son unos pocos asientos por vuelo que vale la pena aprovechar.
En casi cinco horas, y con una impresionante puntualidad, estábamos en la capital del estado de Bahía. Durante el vuelo pudimos probar la comida y la bebida que ofrece la compañía a sus pasajeros, así como usar el Wi-Fi que provee la aeronave para ingresar a su página de entretenimiento desde el celular y ver películas y series, o escuchar música especialmente seleccionada. El viaje fue muy confortable y veloz.
El regreso a Buenos Aires
Para probar la clase turista, la elegimos para el vuelo directo de regreso en el amplio Aeropuerto Internacional Deputado Luís Eduardo Magalhães que fue igualmente confortable, aunque hay que reconocer que los asientos de cuero están un poquito más juntos. Pero el viaje fue tan agradable que hubo tiempo para ver series en su plataforma Gol On Line (igual que a la ida), charlar con los vecinos de hilera y disfrutar de una merienda que incluyó sándwiches, té o café y bebidas sin alcohol, acompañados por detalles muy simpáticas como una servilleta con dedicatoria. Ah, todos los pasajeros reciben una manta de color naranja fuerte (un naranja bien Gol) para cubrirse. Y viene muy bien porque a la altura que vuela la moderna aeronave hace bastante frío, especialmente al estar sentados junto a la ventanilla.
Durante ese tiempo también aprovechamos para cargar el celular en los enchufes USB que se encuentran en el respaldo del asiento de adelante, donde también hay un soporte para colocar el móvil o la tablet para mirar cómodos el programa elegido. Y así se nos pasó el vuelo, rapidísimo, entre siestas y entretenimiento estábamos nuevamente en Aeroparque para volver a casa.
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