Cuando las condiciones ambientales del medio marino se alteran por razones naturales, llámese efecto del Niño, aumento en la concentración de nutrientes (nitrógeno, fósforo, azufre, entre otros compuestos químicos), el incremento de la temperatura de la superficie del agua, cambios en la salinidad y pH (acidez del agua), los organismos que viven en el plancton (fitoplancton, específicamente) se reproducen de forma abrupta, llegando a altas concentraciones visibles (la mayoría de las veces). En esas circunstancias nos encontramos ante la presencia de un fenómeno conocido como marea roja.
Para comprender mejor el tema, entrevistamos a Juan Manuel Piscicelli, licenciado en Ciencias Biológicas con orientación en recursos acuáticos. Como una primera apreciación, nos informó que estos fenómenos ocurren en todos los mares del mundo y pueden ser vistos desde las costas o mar adentro. Las mareas rojas son, justamente, una zonificación de los océanos donde el agua cambia de color. ¿A qué se debe ese cambio de color? “A que estos organismos del fitoplancton presentan en su estructura celular moléculas de pigmentos que atrapan la luz, que le sirven para poder llevar a cabo la fotosíntesis, proceso de importancia vital para su supervivencia y que brinda beneficios para todo el ecosistema marino”, explica.
Dependiendo de la o las especie/s que formen la marea roja (el término correcto sería FAN: Floraciones Algales Nocivas), las aguas pueden tornarse de un color más pardo, verde y, las más peligrosas, las que no presentan coloración. En otras regiones del mundo la llaman: ciguatera (en México), aguaje, purga de mar, etc. “Las flores –explica–, tal como las conocemos (una rosa, una margarita) son producidas por plantas vasculares. Al hablar aquí de floración, debemos recordar que estos organismos no presentan la estructura reproductiva que tienen las flores (gineceo y androceo), sino que el término floración se debe al crecimiento extremadamente rápido de estas células microscópicas, que, en su conjunto, se hacen visibles. También se les dice Bloom algal”.
Weekend: ¿Y por qué son tan peligrosas?
Piscicelli: Los organismos que viven flotando en la columna de agua se denominan plancton. Se puede dividir este grupo en fitoplancton, que se refiere a organismos fotosintéticos; en zooplancton, correspondiente a los seres vivos del reino animal (larvas de crustáceos, moluscos, peces, entre otros); y en bacterioplancton (bacterias). Las especies (por nombrar algunas) productoras de este fenómeno son: Gymnodinium spp., Noctiluca spp, Ceratium spp. y Alexandrium tamarense, que fabrican distintos tipos de toxinas, dependiendo del grupo taxonómico al que nos referimos, pero todas variedades de fitoplancton. Algunas de ellas producen toxinas que en el ser humano originan diarrea, adormecimiento del tracto superior del sistema digestivo y, las más peligrosas, dañan al sistema nervioso ocasionando paro respiratorio y llevando a la muerte a la persona que lo ingirió.
W: ¿Y cómo llegan esas toxinas al hombre?
P: A través del consumo de bivalvos: almejas, berberechos, mejillones, ostras y algunos moluscos como los caracoles de mar que han sido recolectados en zonas con marea roja. Estos animales son filtradores, esto quiere decir que incorporan el agua marina en su cuerpo para distintas funciones fisiológicas (respiratorias, alimenticias, entre otras). Si se encuentran en una zona con marea roja, incorporan el plancton, y no les produce ningún efecto en el sabor, olor, color, ni siquiera mueren. Por eso una persona que recoja estos bivalvos de la playa no sabe si presentan o no las toxinas. Cabe recordar que estas toxinas no se destruyen con la cocción (calor) de los mariscos que las contienen, ni con el condimentado con ácidos (distintos vinagres, jugo de limón), por eso se torna tan peligroso. También el efecto se ve modificado por la cantidad consumida y la edad del consumidor. Un dato muy importante a tener en cuenta: no existe antídoto para estas toxinas. En Necochea vivió un reconocido biólogo, el Dr. Enrique Balech, quien descubrió por primera vez la causa de muerte de dos tripulantes de un buque que se encontraba en Península Valdés, los cuales habían ingerido mejillones de esa región. Esto le hizo suponer que los mejillones contenían alguna toxina y fue el primer registro de intoxicación y muerte por esta vía en la República Argentina.
W: ¿Cómo podemos saber si hay marea roja en nuestras playas?
P: Existen instituciones que monitorean continuamente los bivalvos y se emiten informes a nivel nacional para determinar la veda de extracción de estos moluscos. En el último Congreso Latinoamericano de Ciencias del Mar (Mar del Plata, 2019), presencié una charla de un colega de Chile sobre una nueva técnica de determinación de presencia de estas toxinas en agua marina que, si bien está en fase experimental, está dando muy buenos resultados ya que es muy sensible (detecta mínimas concentraciones de toxina) y arroja resultados de forma muy rápida en comparación a los análisis oficiales que se venían desarrollando. Recordemos que Chile tiene muy avanzada la acuicultura marina y las mareas rojas le ocasionan daños económicos por demás importantes.
W: ¿Solo afecta al hombre?
P: No, también puede afectar a fauna marina, como las aves con vínculo estrecho con el mar por alimentación (pingüinos), a mamíferos marinos y peces. Para que te des una idea, al crecer tan rápido todos estos dinoflagelados (organismos del fitoplancton), agotan el suministro de oxígeno disponible para los peces. Ellos tienen su sistema respiratorio branquial, esto quiere decir que, en vez de tener pulmones como nosotros que obtenemos el oxígeno del aire atmosférico, ellos lo capturan del oxígeno disuelto en el agua cuando ésta pasa por las laminillas branquiales, alojadas en la cámara branquial. Al bajar la presión parcial del oxígeno disuelto, entran en un estado de hipoxia y sobreviene el deceso del animal por asfixia. Las mareas rojas solo ocupan la capa fótica superficial en la columna de agua y, por ende, afectan más a los peces que viven en esa misma zona.
W: ¿Hay algún otro detalle más que pueda aportar sobre este tema ?
P: Sí, que quien consuma mariscos los compre en pescaderías o restaurantes que cuenten con el aval bromatológico correspondiente. Hay que evitar el consumo de estos bivalvos recolectados por la misma persona que los comerá, rehusar el consumo de conservas producidas en lugares sin habilitación bromatológica y no comprar moluscos en lugares no habilitados.
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