No hay sector de la economía argentina que no se haya visto afectado por la situación que se está viviendo como consecuencia de la pandemia del coronavirus. Y la producción de truchas en el sur argentino no es la excepción: con restaurantes cerrados durante más de 100 días a lo largo y ancho del país, particularmente en la Capital Federal y en el cordón norte del Gran Buenos Aires, que son los destinatarios de prácticamente la mitad del total de la oferta productiva de la zona, la depresión se hizo notar fuertemente tanto en la productividad como en la comercialización de truchas.
“La depresión en el mercado se nota. Hoy, nosotros estamos faenando semanalmente un tercio de lo que los hacíamos a esta misma altura del año anterior. Con el corredor turístico prácticamente cerrado, todo se nos hace muy cuesta arriba. Nuestras ventas al mercado interno cayeron sensiblemente en estos últimos meses. Y si bien en junio comenzaron a abrirse algunos comercios, la demanda se mantuvo, pero lejos de los niveles de principio de año”, afirmó el empresario Javier Agos, manager de la firma Truchas de Bariloche, con más de 20 años de antigüedad en el rubro.
Pesca: los 20 mejores señuelos del 2020
La marcada baja tanto en la demanda como en la comercialización obligó a la mayoría de las empresas ligadas a esta actividad, entre tantas otras cosas, a tener que ajustar sus costos para poder continuar adelante. “Apostamos a que esto tiene que mejorar, entendemos que estamos entrando en el piso de la crisis. Pero también tenemos bien en claro que cuando volvamos a la normalidad, nada será igual. Las estimaciones de crecimiento y desarrollo se postergarán ya que naturalmente nuestra escala va a tener que cambiar. Y sobre esto tenemos retenciones, algo que nos golpea mucho”, agregó
Las truchas también están en cuarentena
Y si a este panorama ya de por sí muy poco alentador le faltaba algo para agudizarlo aún mucho más, los productores están sumamente preocupados ante el cada vez mayor ingreso de salmones provenientes de Chile. “La menor demanda de Estados Unidos y de China por este producto determinó un desvío de comercio y hoy está ingresando a nuestro país salmón Clase A con precios muy competitivos”, concluyó Agos.
Por otra parte, cabe destacar que a diferencia del resto de los países de América del Sur, en Argentina los salmónidos de la región sur son cultivados de manera natural, sin utilizar ningún tipo de antibióticos, vacunas ni químicos, lo que les otorga un sinfín de cualidades especiales y distintivas. De hecho, en 2008 y tras dos años de trabajo en conjunto, el Senasa y la dirección de Acuicultura de Nación establecieron un plan de muestreo para declarar a la zona del embalse Alicurá libre de distintas enfermedades de declaración obligatoria.
La autodenominada zona libre, Cuenca Alta de Rio Limay, incluye al Embalse de Alicurá hasta la presa hidroeléctrica, ubicada en la Región Patagónicas, abarcando parte de las provincias de Neuquén y de Río Negro. La misma está delimitada por el Lago Nahuel Huapi y sus afluentes que dan nacimiento al Río Limay hasta la presa del Embalse Alicurá, lo que dio lugar a la formación del lago del mismo nombre. La elección de este embalse en la zonificación tiene su razón de ser en la gran importancia productiva que tiene para la región sur argentina.
at Weekend
Comentarios