Quienes frecuentamos desde hace años nuestro litoral marítimo y rioplatense, tenemos de tanto en tanto la agradable sorpresa de enfrentarnos con algún pez extraño o fuera de lugar. Hace varias décadas, aparecieron peces muy llamativos, el pez bombilla, el pejerrey espada y el salmón frutero, que al día de hoy siguen siendo un misterio.
¿Dónde pescar este fin de semana?
Salmón frutero
En la escollera del Club de Pesca de la Toma de Agua de Punta Lara, tuvimos la oportunidad de apreciar un bellísimo pez, logrado por un aficionado que, en verdad, nadie conocía a ciencia cierta.
Se trató de un ejemplar similar a una caballa, de lomo verdoso tornasolado, con fina estola amarilla y panza rojiza, de escamas muy finas. Pero lo más destacable fue el detalle de la aleta caudal o cola, en la que tenía un dibujo similar a una flor Pensamiento de colores muy vivos. Algunos aficionados opinaban que era un ejemplar del norte, al que se llama “salmón frutero” y otros, lo conocían como “Pensamiento”, precisamente por antes enunciado.
Increíble dorado de 10 kilos en Costanera Norte
Pejerrey Espada
Otra rareza vista en Mar de Ajó, cuando un aficionado extrajo con un mediomundo, entre varios pejerreyes “normales”, uno exactamente igual, con la sola diferencia, e insólita, de una “espadita” saliendo de su trompa, cuyo extremo es de color rojo; se trató de una especie desconocida en la región y tras consultar los textos especializados de ese momento, no pudo identificárselo.
Enormes pejerreyes en el muelle de Punta Lara
Pez Bombilla
En otra oportunidad, practicando en las escolleras de la toma de agua de Punta Lara, un niño que debutaba en éste deporte, acompañado por sus padres, logró capturar, nada menos que un pez bombilla de 50 centímetros de largo. La realidad es que su aparición es muy extraña, aunque se han logrado avistar varados en la playa cuando hay grandes bajantes, varios pero muy pequeños; pero con caña, no había antecedentes.
Este raro pez pertenece al orden de los Gymnotiformes, según el Tratado de los peces argentinos de agua dulce de Raúl Ringuelet y Raúl Aramburu, y su nombre vernáculo es bombilla, seguramente por la forma tubular de su boca.
Suele vérselo más asiduamente en Entre Ríos. Posee una extraña característica, además de la forma de la boca, y es que la ubicación del ano está debajo de la cabeza, a nivel del margen posterior del ojo, nunca más atrás de las aletas pectorales. Su cuerpo es muy alargado, más o menos anguiliforme o acintado, paulatinamente adelgazado hasta el extremo caudal. No tiene aleta dorsal, la caudal es muy pequeña o inexistente y la anal muy prolongada, comenzando desde el nivel de los pectorales. Otra particularidad, es que pueden perder partes de su cuerpo y regenerarse. Es de color de fondo claro castaño con numerosas manchas irregulares alargadas, pardo castaño oscuro. Y pueden alcanzar hasta los 90 cm.
Tres rarezas, tres misterios. Seguramente para una próxima entrega les iremos contando de nuestras experiencias desde el lado de la caña sobre tierra firme… porque desde el lado del agua, hay más sorpresas.
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