Ken Kamler cuenta que a los ocho años leyó un libro llamado “Annapurna”, acerca de una expedición que hizo cumbre en ese pico nepalés, uno de los 14 codiciados “ochomiles”. Esa lectura le hizo conocer mundos que se encontró deseoso de explorar, pero que al vivir en Nueva York sonaban muy pero muy lejanos. Fue así que decidió explorar lo desconocido pero a través de un microscopio, y se enamoró de la biología y de la medicina al comprobar que “el cuerpo humano es el misterio más complejo e inexplorado del universo”.
La primera vez que participó de una expedición ya era médico (en 1980 y se estaba especializando en cirugía de las manos). Lo invitaron a los Andes, en Perú, y se dio cuenta de que al ser el único médico del grupo si alguien se enfermaba o se lastimaba no podía decir: “Ah, pero esa no es mi especialidad”, así que decidió prepararse.
Comentarios