Destinos para quienes se inician en este mundo, desde la escapada al viaje largo en la siempre soñada y desafiante experiencia de los motorhomes y casas sobre ruedas. Foto: Weekend

Destinos para quienes se inician en este mundo, desde la escapada al viaje largo en la siempre soñada y desafiante experiencia de los motorhomes y casas sobre ruedas. Foto: Weekend

Destinos para quienes se inician en este mundo, desde la escapada al viaje largo en la siempre soñada y desafiante experiencia de los motorhomes y casas sobre ruedas. Foto: Weekend

Destinos para quienes se inician en este mundo, desde la escapada al viaje largo en la siempre soñada y desafiante experiencia de los motorhomes y casas sobre ruedas. Foto: Weekend

INFORME ESPECIAL

Vivir el invierno en una rodante (primera parte)

Libertad y muchos kilómetros por delante en busca de la nieve, la costa, los humedales, ríos y montañas. Cinco destinos para quienes se inician en este mundo, desde la escapada al viaje largo en la siempre soñada y desafiante experiencia de los motorhomes y casas sobre ruedas.

Por Pablo Donadío

De la Puna al fin del mundo y del mar a la montaña, sorteando montes, humedales, sierras y selvas litoraleñas, la Argentina es una suerte de imán para viajeros inquietos. Pero tanta diversidad y distancia, plantea un gran desafío: qué elegir, dónde parar más tiempo, qué dejar de lado… Y siempre abiertos a la sorpresa, que muchas veces suele aportar grandes experiencias. Aquí, entonces, cinco rutas, desde la escapada de fin de semana al reto de vivir en el vehículo por más de 15 días.    

Claves del éxito

“Emoción y buenos recorridos abundan, pero antes de salir hay que trazar pautas claras. Y la primera, aunque parezca zonza, es reconocer que no estás en tu auto, que éste es otro vehículo”, asegura Marcelo Pistorio, especialista de revista Weekend en este tema. Habla de las prestaciones y características particulares de las rodantes (exclusas para desagotar el tanque o manejo del gas en la cocina, por ejemplo), pero también del peso, capacidad de frenado, aceleración y demás detalles. Quienes los alquilan o remodelan aseguran que cada vez hay más demanda en la Argentina, pero “pocos prueban antes de qué se trata, y luego nos llaman 20 veces”. 

Otro tema recurrente es la velocidad: “Hay que bajar un cambio. Yo aconsejo un pre-viaje en cercanías, que incluya dormir, cocinar y así probar todo”, aclara Pistorio. Mobiliario, autonomía de baterías y combustible, o el siempre complejo manejo de aguas grises (utilizadas para lavado) o negras (provenientes ya del baño) son grandes temas. Es preciso organizarse y conocer los remolques antes de salir a la ruta, al igual que ir actualizando condiciones climáticas y estado de los caminos con periodicidad. Una vez en marcha, otro punto es el orden. Toda cosa suelta implica algo por romperse o perderse, o simplemente un ruidito insoportable por kilómetros. Para esto, es útil cualquier material para cerrar, guardar y contener objetos. Finalmente, muchos rodanteros avezados coinciden en que siempre es mejor llegar de día a los lugares en los que se quiere hacer noche.

De las sierras al mar

Desde Buenos Aires, esta escapada de fin de semana incluye sierras y mar, y es ideal para principiantes. Encarando la RN 3 hasta Las Flores y luego la RP 30 hasta Tandil, esta ciudad célebre por su alta cocina, chacinados, quesos y hongos es el punto de partida para conocer pueblitos y parajes donde el viejo cordón de Tandilia invita al trekking, las cabalgatas y el canotaje. Junto a su lago, el Paseo de los Pescadores ofrece un amplio estacionamiento rodantero con agua potable. Al lado está el camping con más servicios. Conocer la Piedra Movediza, el Cerro Centinela y pasear por las infinitas escaleras del Parque Independencia, sede de la carrera vertical de cada enero, son opciones antes de enfilar al sur por la RP 226. 

El próximo destino es Balcarce, los pagos de Juan Manuel Fangio y el famoso postre queda a unos 100 km. Allí el Polideportivo Municipal ofrece parada y abastecimiento eléctrico, y es imperdible el museo en honor a El Chueco. Unos 30 km adelante conectan la laguna La Brava y un camping habilitado para motorhomes, y otros 30 km después se llega a Sierra de los Padres, la ciudad-pueblo con más atractivos de sierra (Gruta de los Pañuelos, Centro de Juegos La Casualidad, Paseo de La Cumbre), antes del destino final: Mar del Plata. De cara al mar y rodeados de acantilados, son infinitos los lugares y servicios, las extensas playas y un puerto para recorrer y comer de lujo. Un reciente proyecto, encarado como “Mar del Plata rodante”, plantea generar playones de estacionamiento que se suman a los clásicos de la Plaza Pueyrredón (con baño) o la escollera Norte. 

Colores de Cuyo y NOA

Plan más ambicioso, para 15 o 20 días y con destino final en Jujuy, este clásico norteño puede iniciarse desde la RN 7 hasta Mendoza tras unos 1.000 km, con parada en Luján de Cuyo, donde el camping Terralta ofrece servicios a la vera del río. Varios viñedos cercanos y paisajes de montaña resumen la primera parada antes de tomar la mítica RN 40 camino a San Juan (unos 170 km), donde reponer energías y combustible, y acercarse al dique Ullun y la Cueva de las Coloraditas (15 km). Lo que viene por delante ahora es Villa Unión, la puerta riojana a Talampaya, una parada inevitable. Son 300 km hasta el pueblo, que tiene varios campings con servicios, y en el propio parque nacional se puede pernoctar, utilizar baños y duchas. 

Siguiendo por la RN 40 se llega a Catamarca, con Londres y Belén (otros 300 km) como paradas intermedias, y la antigua ciudad incaica Shincal como gran atractivo. Evangelina Quarín, secretaria de Gestión Turística de Catamarca, acaba de coordinar allí y junto al camping El Molino, medidas para recibir rodantes. A partir de aquí la altitud va sintiéndose y los colores mutan del verde al rojo cobrizo, con Cafayate a 260 km. Su plaza central (sin cargo y segura según rodanteros) y el Camping Luz y Fuerza, son buenas opciones para hacer base y salir a las bodegas y la Garganta del Diablo, o caminar y matear al reparo de la montaña. 


Tamales y empanaditas de queso de cabra fortalecen antes del desafío de los pianitos de ripio que hay por delante, pero el entrañable pueblito de Cachi (a 160 km) y San Antonio de los Cobres (otros 140 km más) lo valen, y son la previa a Susques, donde conviene “pegar la vuelta” ya por la RP 52 para atravesar las inmensas Salinas Grandes. 

Purmamarca, célebre por los colores de su serranía, una plaza irresistible en mantas, alfarería y recuerdos, y el Camino de los Colorados, completan la aventura. En este pueblo hay varios campings con servicios y calles tranquilas donde muchos rodanteros suelen parar. Desde aquí otra opción es animarse 60 km más hasta Humahuaca o regresar ya por la RN 9 con destino a Tucumán capital, Santiago del Estero, Córdoba y Rosario, ciudades con múltiples ofertas de pernocte y acampe.