El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Foto: Cristian Navarro

POR EL CAMINO DE LA COSTA

Róbalos entre El Cóndor y La Lobería

Dentro de la provincia de Río Negro y a pocos kilómetros de Viedma, nos encontramos con hermosos paisajes y una especie siempre atractiva para el pescador.

Por Jorge Virgilio

Apenas salimos de la provincia de Buenos Aires y nos metemos en territorio rionegrino, nos encontramos con una sucesión de pequeñas playas con enormes acantilados. Allí, entre la arena emergen las restingas que en bajamar permiten disfrutar de apacibles baños en sus piletas naturales en verano, pero que, durante todo el año, son un excelente pesquero para los aficionados que deciden intentar con la actividad piscatoria.

Ese recorrido lo hacemos por la Ruta Provincial N º 1 en un tramo conocido como Camino de la Costa, que bordea el Atlántico y que nos permite observar los distintos escenarios que la naturaleza ofrece. La ruta recorre desde Viedma, bordea el río Negro y luego el mar, llegando a Puerto San Antonio Este. 

Salida de pesca

A 30 kilómetros del balneario El Cóndor se encuentra La Lobería, y entre ambos puntos turísticos existen pesqueros muy calificados a los que los lugareños suelen acercarse usualmente a intentar con la buena pesca que ofrecen. En este caso, Cristian Navarro aprovechó una de las buenas jornadas que se presentaron en el cierre del mes de julio, y junto a su amigo Jorge Pérez fue por el róbalo, una de las grandes atracciones de la zona. 

El róbalo es un pez que tiene sus mañas, frecuenta la zona de piedras y obliga a los pescadores a trabajar para dar con ellos. Según contaba Navarro, el día se prestaba, con la marea subiendo empezó la jornada de pesca. Las líneas fueron al agua encarnando con langostinos coloreados de rojo. No demoraron en aparecer los ejemplares buscados, que con la marea llena no se hicieron esperar, con piques violentos y muy cerca de la orilla. Además, algunos buenos pejerreyes se sumaron a la cita.

La salida fue todo un éxito y lograron pescar varios ejemplares entre los dos pescadores, en un entorno mágico y poco frecuentado por los cañófilos. La caminata por la playa hasta la zona de piedras duró poco más de 2 horas, por lo que se puede apreciar la belleza que entrega un Camino de la Costa que tiene decenas de sitios para conocer y con muy buena pesca. 

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