Broche de oro: trucha gigante en el río Limay

“Ahora voy por otra más grande”, dijo feliz a Weekend Web esta mujer que incursiona desde hace más de 2 décadas en la pesca con mosca y que en el cierre de la temporada en la Patagonia logró una de esas capturas inolvidables y las que busca todo pescador. 

Patricia Canale conoció la actividad por su marido, Gabriel Gamboa. Pasó de cebarle mates en el río a ser su compañera de pesca. Hoy, hace 23 años que recorren distintos cursos, especialmente el Limay Medio, a unos 20 km de Piedra del Águila. En las últimas temporadas, esta dama ya se había lucido con algunas truchas gigantes. El año pasado, tuvo la suerte de pinchar un ejemplar de 6 kilos, pero ahora, el récord lo superó. 

Varios días después de la captura, contactamos a Patricia, quien en su relato aún mostraba que no terminaba de entender el alcance de su pesca. Nos decía que era temprano, estaba helado y el reloj marcaba las 9,30 de la mañana. Junto al guía Nano Martínez y su marido recién iniciaban la pesca, en un río muy alto y rápido, con mucho caudal de agua. Ató una mosca articulada Rabbit blanca atada por Pepe Fly, un atador de Tierra del Fuego, hoy afincado en Buenos Aires y le apuntó el lance al medio del Limay. Dejó derivar y tras unos stripeos a la mosca, casi inmediatamente tomó y empezó la lucha, un combate que duró unos 20 a 25 minutos, pidiendo línea en forma constante y obligando siempre a la pescadora a mantener la caña en tensión. Por fin, el guía logró acercarse a la orilla y copear la trucha, advirtiendo ahí las dimensiones del pez. “Hasta que no la tuve conmigo, no me di cuenta de su tamaño. Hice la foto y al agua otra vez. Volvió a su hábitat", recordó de ese gran momento Patricia que estuvo lleno de emoción, lágrimas y abrazos. 

Entre muchas capturas, el otro antecedente que tiene de grandes extracciones es una trucha residente que sacó de la desembocadura del río Limay Medio, en Picún Leufú, de aproximadamente seis kilos. "Siempre busqué la trucha grande. Sacó también de menor porte. Todas son hermosas. Pero de este tamaño...no caigo todavía. Todo el mundo las busca. Gracias a Dios se me dio y yo más que agradecida", expresó Patricia que encontró en el Limay su lugar, un río que se robó su corazón y al que disfruta con recorridas de 12 a 15 km por día y al que promete volver: “Voy por más, a buscar una igual u otra más grande”, cerró Patricia la entrevista, con la convicción que lo mejor, siempre está por venir.