¡Flor de susto!: apareció una comadreja gigante en una casa del sur bonaerense

Un vecino de la localidad de Quilmes, ubicada al sur del Gran Buenos Aires, se llevó el susto de su vida cuando, al regresar a su hogar y mientras cruzaba el pasillo de su patio, notó una sombra extraña que le provoco mucho miedo, y, al girar, se encontró cara a cara nada más ni nada menos que con una comadreja gigante.

Según explicaron fuentes policiales locales al diario El Sol, el inesperado y sorprendente hecho tuvo lugar en una vivienda ubicada en las cercanías de las calles Carlos Pellegrini y Andrés Baranda, - a muy pocos metros de la estación de tren-, lo que generó gran alarma y curiosidad en todos los vecinos de ese habitualmente tranquilo barrio.

Si bien el asustado vecino se comunicó rápidamente con el área de Zoonosis de Quilmes para informarles lo que estaba sucediendo, cuando los especialistas llegaron al lugar constataron que el animal ya no se encontraba en el interior de la vivienda ni en las calles aledañas a la misma, por lo que desplegaron un operativo para intentar dar con su paradero, sin éxito alguno.

Popularmente conocida como comadreja, la zarigüeya es un marsupial inofensivo que, ocasionalmente, aparece en áreas urbanas como consecuencia de la cada vez mayor modificación de sus ecosistemas naturales provocada por el hombre. Y, si bien su presencia es más común en zonas con vegetación densa y su capacidad de adaptación le permite habitar en el conurbano bonaerense, este caso llamó la atención por la peculiaridad del avistamiento en pleno centro urbano.

Las comadrejas tienen hábitos nocturnos y suelen ser solitarias. Durante el día, se refugian en huecos de árboles o nidos, y no representan peligro alguno para los humanos, ya que, por el contrario, son muy beneficiosas para el medio ambiente, ya que se alimentan de insectos. como las cucarachas, y actúan como grandes controladores naturales de plagas, por lo que los expertos recomiendan no molestarlas ni dañarlas, ya que desempeñan un rol ecológico muy importante.

De hecho, según los especialistas, la presencia de comadrejas en jardines o en patios es un signo positivo de equilibrio ambiental, y, aunque para muchas personas pueda resultar algo inquietante y temeroso, lo cierto es que es una excelente oportunidad para reflexionar sobre la convivencia entre los humanos y la fauna silvestre.