En el Norte o en el Sur, la naturaleza de la geografía siempre se impone. Foto: Weekend

Árcavas profundas en medio de frondosos bosques. Foto: Weekend

Puentes arrasados por la fuerza de los ríos. Foto: Weekend

Numerosos vadeos obligan a llevar la bici sobre los hombros. Foto: Weekend

La siempre pintoresca imágen de baqueanos arreando el ganado. Foto: Weekend

Tardes de mates a los pies de un volcán. Foto: Weekend

Varias veces nos toca atravesar un salar. Foto: Weekend

No son muchas las veces que transitamos por rutas de aslfalto. Foto: Weekend

Los paisajes nunca dejan de sorprendernos. Foto: Weekend

En mas de una oportunidad utilizamos nieve para cocinar. Foto: Weekend

La planificación y lectura de los terrenos se irá perfeccionando de a poco de manera natural, a medida que nuestra experiencia y travesías aumenten su nivel técnico. Foto: Weekend

Tarjeta migratoria para pasar a Chile. Foto: Weekend

DESAFIANDO A LA MONTAÑA

La cordillera en bike, paso a paso

Cuáles son las exigencias que debemos contemplar para disfrutar de los Andes. Niveles de dificultad y conocimientos necesarios. Pasos internacionales acordes a la capacidad de cada biker.

Por Marisol López

Al nombrar a lacordillera de los Andes cualquier viaje o travesía tiende a cobrar carácter de dificultad y surgen palabras que se conectan a ella con total naturalidad, como viaje extremo, desafío, hazaña, etc. Recuerdo que nos llamaba mucho la atención ver remeras de grupos que iban a realizar algún cruce de cordillera en bicicleta, ilustradas con palabras grandes y duras rodeadas de fuego, como también en otras oportunidades escuchar un sinfín de frases orgullosas: “Le gané”, “No va a poder conmigo”, “Voy a ser más fuerte que ella”. La cordillera se presenta como rival, como monstruo, como amenaza. Un inmenso cordón de montañas lejano, peligroso,  al que debemos superar cueste lo que cueste para poder salir victoriosos y obtener la medalla de haberlo vencido.

Cambio de paradigma

Por eso, luego de haber convivido durante más de 10 años con este inmenso cordón montañoso, nos parece necesario aclarar que internarse en los Andes con la intención de ganarle a la montaña es una batalla totalmente perdida desde el inicio. Perdida de aprendizajes, encuentros, valores, humildad y sabiduría. La cordillera con sus miles de kilómetros de climas y geografías diversas, sus distintas culturas e historias, sus silencios profundos y vientos arrasadores, lejos está de ser un rival, es, al contrario, toda ella en sí misma una de las mejores y más enriquecedoras escuelas.

Lo que intentamos explicar con estas palabras y que creemos uno de los factores más relevantes al comenzar a planear una travesía por la cordillera de los Andes es la importancia de analizar la actitud que tomemos al encarar el viaje. En principio, es importante entender que una travesía por ella no siempre es difícil o desafiante. A lo largo de sus miles de kilómetros de longitud con distintos climas y geografías se pueden encontrar zonas con diferentes niveles de dificultad. Lo que significa que tendremos la oportunidad de ir ganando experiencia de a poco y sin forzar situaciones, realizando en un comienzo travesías por lugares más tranquilos y accesibles, hasta ir progresando en aprendizaje, niveles técnicos y conocimiento general.

Maurice Herzog, un montañista francés y uno de los primeros seres humanos en lograr subir a una montaña de más de 8.000 m dijo: “No es más quien más alto llega sino aquel que, influido por la belleza que le envuelve, más intensamente siente”. Las montañas tratan más que nada sobre esa frase, el verdadero camino hacia los Andes se relaciona fundamentalmente en cómo decidamos transitarlo, para que lo importante no sea solo el objetivo cumplido, sino ante todo el crecimiento paulatino e indispensable para lograrlo. Sin incorporar ese aprendizaje, saber cuándo se puede continuar o es necesario detenernos, cuándo nos estamos poniendo en un riesgo innecesario, o en qué situación vale la pena arriesgarse durante una travesía por la cordillera puede convertirse solamente en un dado tirado a la suerte.   
Teniendo en cuenta estos principios que nos parecen fundamentales y prioritarios de entender al momento de comenzar a planear un viaje por esta zona, vamos a pasar, ahora sí, a la información más práctica y específica sobre niveles y regiones cordilleranas.

Nivel inicial

Para personas sin experiencia en montaña que se está iniciando, lo recomendable sería comenzar por zonas que nos permitan tener la experiencia de cruzar la cordillera en bici pero sin grandes dificultades técnicas (altitud, gran desnivel positivo, zonas desoladas sin poblados, vientos fuertes, etc.). De esta forma iremos ganando seguridad y buenas sensaciones de a poco, sin forzarnos a enfrentar situaciones para las que quizás aún no estemos preparados y que nos puedan desmotivar o hacer pasar un mal momento en nuestros comienzos. Algunos pasos con estas características pueden ser: Cardenal Samoré, Icalma, Pino Hachado, Mamuil Malal, Pérez Rosales, Futaleufú y Río Encuentro.

Nivel intermedio

En el caso de personas con algo de experiencia en montaña, se podrían comenzar a sumar cruces un poco más técnicos o con alguna característica que aumente su dificultad, como altitud o zonas con largas distancias desoladas, sin poblados en donde la planificación de la comida, el agua y los lugares donde acampar tomen mucho más protagonismo y obliguen a incorporar nuevos aprendizajes. De considerarnos con estas posibilidades, los pasos podrían ser: Jama, Sico, Agua Negra, San Francisco, Pircas Negras, Vergara, Pichachén, Pehuenche y Roballos.

Nivel avanzado

Una vez que nuestra experiencia, conocimiento y seguridad desenvolviéndonos en la cordillera vaya haciéndose mayor, podemos empezar a pensar en cruces donde la dificultad técnica, además de la altitud o grandes distancias desoladas, agregue nuevos aspectos a superar, como tramos fuera de ruta, senderos de montaña, caminos intransitables para vehículos, vadeo de ríos, etc. En ellos será importante incorporar a la planificación aprendizajes como navegación fuera de ruta, lectura de geografía satelital, sistemas de carga más efectivos y equipos livianos que puedan ayudarnos en las etapas difíciles de la travesía. Algunos pasos con estas características son: Copahue, Mayer, Socompa, Río Puelo, Vuriloche, El León y Portillo de Piuquenes.
Si tenemos la humildad suficiente para adaptarnos a sus intensos climas y geografías, y entender todo lo que puede transmitirnos en cada uno de sus imponentes valles, desiertos o cimas, la cordillera de los Andes dejará de ser solo un lugar al que salir de paseo y podrá convertirse en una parte invaluable de nuestras vidas.

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