Qué se siente al deslizarse, como un pájaro rasante, entre las copas de los árboles? Nadie lo puede describir con exactitud, aunque muchos –luego de suspirar y pensar unos segundos– dicen: libertad, alegría, sensación de ser livianos. Libertad y más libertad. Quizás sea eso lo que uno busca en vacaciones, cuando deja su casa, sus ritos de todos los días, sus horarios y se adentra en la aventura, lo nuevo, el aire libre. Esta nota exploratoria del Valle de Santa Rosa de Calamuchita, en Córdoba, comienza justamente así: pensando y sintiendo todas estas cosas una luminosa mañana de primavera.
Nada bajo los pies
Ya están todos los ajustes, los chequeos de seguridad y la certeza de tener el guante puesto correctamente. Entonces, un leve envión, la sensación de flotar y el sonido de la roldana sobre el hilo de acero. El sol suave sobre el rostro y el recorrido que uno no quiere que se termine porque se está tan bien así, en el aire y en paz absoluta... Es que luego de la emoción de la tirolesa entre los árboles (que ya es toda una experiencia) hacemos el circuito sobre el lago Los Molinos y si bien sigue siendo tirolesa, se siente muy distinta: ni pájaros ni ramas contenedoras, ahora solo está el agua allá abajo y alrededor nada más que aire, sol, cielo y uno con su alma.
Nota publicada en la edición 495 de Weekend, diciembre de 2013. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.
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