La pesca en Victoria atraviesa un momento de esplendor. Después de varios meses con un pique discreto por la falta de agua, el repunte del Iguazú trajo alivio: el caudal del Paraná aumentó y con él se recuperaron los niveles de ríos, riachos y arroyos que conforman el rico delta entrerriano. Cuando el río se acomoda, la zona muestra todo su potencial, y esta temporada no es la excepción.
Uno de los grandes referentes locales es Carlos Bartolomé, más conocido como Pepo Pesca, guía radicado hace más de 25 años en la ciudad, aunque con raíces bonaerenses, en Saladillo. Habitual informante del clásico Mapa del Pique, Pepo confirma lo que muchos pescadores vienen comentando: “El río está creciendo y se va a mantener esta agua; hay una variada firme con moncholos, amarillos y patíes, además de dorados que están muy activos con baitcasting, y ya empezó a entrar el surubí”.
Taruchas: equipos en modo on fire
En este contexto, la tararira también dice presente. “Pescamos en una aguada con rana antienganche y señuelos de superficie; cazaban muy bien”, destaca Pepo. Las técnicas más elegidas son el baitcasting con bananas paleta 1 o 2 y el fly cast con poppers, modalidad que el guía realiza desde una lancha equipada con motor eléctrico y proa abierta, ideal para castear con precisión contra las barrancas. La expectativa es que, con la estabilidad del nivel, el dorado siga en ascenso y ofrezca jornadas memorables. Hoy toma señuelos, carnada, fly o bait con la misma efectividad.
En cuanto a carnadas, las más usadas en la zona siguen siendo el tripero de sábalo —infaltable en toda variada— y el tongorí o panza del mencionado pez, de tono rojizo y gran resistencia en el anzuelo. “En una corredera con tripero, los doradillos estaban muy activos”, cuenta el guía. Para el surubí, la elección pasa por el cascarudo y la anguila, aunque la morena es una opción rendidora, aunque más costosa y que no se justifica por el buen rendimiento de las otras.
Victoria ofrece múltiples alternativas: pesca embarcada, de costa, buenos servicios, camping y la posibilidad de disfrutar en familia o con amigos. Todo esto, a solo 60 km de Rosario y poco más de 350 km de Buenos Aires. Un destino cercano, tranquilo y con la pesca más viva que nunca.
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