Desde el primer día que llegué a estas tierras, era obvio saber con solo mirar alrededor que la pesca iba a ser parte de mi vida. Empecé pescando “uluas” desde la costa. El nombre científico de estos peces gigantes que pesan por arriba de los 45 kilos es Giant trevally. El más grande que saqué desde las rocas volcánicas fue un ejemplar de 31 kilos.
En otra nota tal vez les cuente algunas aventuras de camping y pesca de la costa hawaiana. Pero esta vez escribo para introducirlos en la pesca de mar profundo.
Qué hombre o mujer que se considera un pescador no ha visto la película o leído el libro de uno de los autores más famosos en los Estados Unidos: Ernest Hemingway, con su “The Old Man and the Sea” (El Viejo y el Mar). ¿ Quién no ha soñado con pescar un pez marlin gigante y lucharlo por horas? Tengo la suerte de poder vivir mi sueño. Soy el dueño de un barco de pesca, un Hatteras de 45 pies (1 pie = 0,3048 metro). Nuestro puerto es el famoso Honokohau Small Boat Harbor en la Isla grande de Hawai, precisamente en la ciudad de Kailua-Kona. La Isla Grande es la más joven de todas las islas, tan nueva es, que se sigue formando. A unas dos horas de viaje desde el puerto está el Parque Nacional Volcanos, donde el volcán está en actividad. Se puede ver la lava entrar al mar, un espectáculo increíble cuando baja el sol y la lava parece un río de oro moviéndose lentamente.
Brótolas, estrellas de la noche marplatense
Un lugar soñado
Kailua-Kona es considerado el mejor lugar del mundo para la pesca de pacific blue marlin. En 2015 en Hawai se pescaron 7 ejemplares que pasaron los 453,5 kg, más que en todo el resto del mundo combinando los pesos. Una de las razones porque las aguas azules y cristalinas son tan buenas productoras es la profundidad. A solo minutos del puerto, pasando la boya verde que indica la entrada, hay una profundidad de ¡914 metros! Es común durante el día de pesca hacer una corrida de línea que llega hasta los ¡3.657 metros! Y si uno estudia los mapas verá que es posible ir hasta con la línea hasta los 9.000 metros y volver para la hora del té. Otra razón es que uno está a la sombra de los volcanes Mauna Loa y Mauna Kea. Si se mide la profundidad desde donde comienza el Pacífico y se le agregan los 13.796 pies de altura, Mauna Kea es la montaña más alta del mundo. Estos gigantes ofrecen protección de los trade winds, los fuertes vientos que hay todo el año aquí desde el noreste, ofreciendo aguas calmas.
Nuestra salida de pesca empieza a las seis de la mañana. Recibimos a los clientes con café y facturas. El salón del Waiopai es exclusivamente para ellos por las próximas 8 horas. Como Hawai es uno de los destinos turísticos más famosas del mundo, es común tener familias a bordo. Hay una televisor con un DVD para entretener a los más chicos. El lugar favorito para pasar las horas es el puente, o sea, la parte de arriba, donde manejo. El bote cuenta con un baño completo con ducha. Y en la cocina hay heladera, freezer, unas hornallas y un microondas. Saliendo del puerto, ponemos un cliente en la silla, le colocamos el arnés de lucha y le damos instrucciones de cómo combatir un pez que puede llegar a pesar como un auto chico. Si más de uno en el grupo va a luchar, les damos instrucciones a todos. Por ley podemos llevar a un máximo de seis personas. La técnica más usada para la pesca de pacific blue marlin es trolling. Nuestro equipo pesado de pesca consiste en 5 reeles Tiagra con línea Amalin-T aprobada por la IGFA, hecha en Japón, de 130 libras de resistencia. Kona fue el primer lugar del mundo donde se empezó a pescar marlines con señuelos artificiales. Los primeros, en los años 50, fueron fabricados con partes que uno encontraba en la ferretería o en su garage, como palos de escoba cubiertos con caños brillantes de plomería y plástico de colores.
Posiciones de pesca
En la estela del Waiopai se ven 5 señuelos. La posición más cerca a la proa del lado de babor se llama “esquina corta”. Ahí navega el señuelo mas grande de los 5. Es donde los marlines más grandes generalmente eligen morder, ya que no le tienen miedo a nada, están casi al tope de la lista de depredadores en el Océano Pacífico.
Atrás de la esquina corta, dos olas atrás, se arrastra la posición short rigger, aquí yo prefiero un tubo, cuyo color depende de la época del año. Del otro lado –estribor– tenemos la posición esquina larga. Aquí ponemos algo de buen tamaño, pero no tan grande como en la esquina corta. Atrás de la esquina larga tenemos la posición long rigger, donde siempre se pone una bala. Este señuelo es chico comparado con la posición opuesta, pero he visto marlines de mas de 400 kg atacarlos. La quinta y última posición es la stinger. Se coloca la caña en la silla de lucha, se eleva la línea con la ayuda de un rigger del centro y va atrás de todos los otros señuelos. Generalmente es el señuelo más chico. Pero es también el que produce más en nuestro barco.
Gigantes y pesados
El peso mínimo de un marlin para llevarlo a la balanza del puerto es de 500 libras. Menos de ese peso se les pone una etiqueta y se los devuelve al agua. La tendencia desde hace unas décadas esta en Tag & Release, T&R de manera abreviada, o sea la mayoría de los peces que pescamos los devolvemos al océano con una etiqueta proveída por la Bill Fish Foundation. Si son recapturados se entrega la etiqueta a la fundación para estudios científicos de preservación y de la especie. Esta temporada con las altas temperaturas del agua la pesca fue muy buena. Tradicionalmente el mejor mes para pescar un marlin de 1.000 lb es abril. Pero en esa época todavía no hay muchas ratas, que es lo que hace pasar el día. Empezando mayo y continuando con el verano del norte, esa es la mejor época para tratar de etiquetar o pescar un pacific blue marlin. Ocasionalmente también pescamos black marlin, que son más abundantes en Australia. Este año hubo muchos striped marlin, que suelen andar juntos atrás de las hembras. También pescamos mucho short bill spear fish, una especie de bill fish, y de vez en cuando logramos capturas de peces vela. Sin duda, todo un mundo por descubrir.
Nota completa en la edición Nº 530 de revista Weekend, noviembre 2016.
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