El avión supersónico de investigación X-59 de la NASA ha superado con éxito las pruebas electromagnéticas, asegurando, d esta manera, que sus sistemas funcionan sin interferencias, según informaron desde la mencionada agencia espacial norteamericana a través de un comunicado publicado en sus diferentes redes sociales.
"Llegar a esta fase muestra que la integración de la aeronave está avanzando", comentó Yohan Lin, líder de aviónica del X-59 de la NASA. "Es emocionante ver el progreso, sabiendo que hemos superado un obstáculo importante que nos acerca al primer vuelo del X-59", agregó el experto en aeronáutica espacial.
Durante las exhaustivas pruebas que fueron llevadas a cabo en las instalaciones de Lockheed Martin Skunk Works en Palmdale, California, Estados Unidos, los científicos de la NASA analizaron la posible interferencia entre radios, equipos de navegación y sensores del X-59. "Estas pruebas nos ayudaron a determinar si los sistemas dentro del X-59 están interfiriendo entre sí. Se llama prueba de fuente-víctima: esencialmente, activamos un sistema y monitoreamos el otro para detectar problemas como ruido, fallas, fallas o errores", explicó Lin.
X-59: avión supersónico y silencioso
El X-59 fue especialmente diseñado y fabricado para generar un golpe sónico más silencioso, en lugar de un estruendo fuerte, con el fin de proporcionar datos a los reguladores que podrían permitir vuelos supersónicos comerciales sobre la tierra. Estas pruebas incluyeron la verificación del tren de aterrizaje y el apagado del interruptor de combustible, asegurando que no causaran interferencias con otros sistemas.
En otra de las pruebas a las que fue sometido el X-59, los investigadores evaluaron la compatibilidad electromagnética del X-59 en cercanía con el F-15D de la NASA, utilizado para medir las ondas de choque del avión supersónico. Para ello, se colocaron ambos aviones a diferentes distancias y se encendieron sistemas como el radar y el transpondedor para monitorear posibles interferencias. "Queremos confirmar que hay compatibilidad entre los dos aviones, incluso en las proximidades", afirmó Lin.
Con las pruebas electromagnéticas completadas, ahora el X-59 se prepara para la siguiente fase de ensayos, denominada "pruebas de aves de aluminio", en las que se simulan distintos escenarios en tierra antes del vuelo. "Primero hay que hacer descubrimientos de cualquier posible interferencia electromagnética o problemas de compatibilidad electromagnética sobre el terreno", destacó Lin. "Esto reduce el riesgo y garantiza que no nos enteremos de problemas en el aire", concluyó Lin
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