Maureen Beck nació sin la mano y el antebrazo izquierdo, una carencia que nunca vivió como tal, ya que nunca aceptó ser tratada de forma diferente y desde chica se dedicó a realizar todos los deportes existentes. Gracias a su deseo de superarse y demostrar que las personas con discapacidad pueden ser verdaderos atletas, llegó a ganar dos veces el Campeonato del Mundo de Paraescalada de la Federación Internacional de Escalada Deportiva.
Algo que la caracteriza es su ingenio para buscar soluciones, por ejemplo una vez, para salir en canoa, se pegó un remo a la prótesis. En 2009, cuando incursionó en la escalada en hielo, cortó el extremo de un piolet y lo sujetó a su brazo izquierdo, como reemplazo de su mano faltante. Su inventiva llamó la atención de Malcolm Daly, fundador de la marca montañismo Trango y escalador con tres extremidades (le falta parte inferior de la pierna derecha), quien la invitó al Gimps On Ice en Ouray, Colorado, una competencia que tiene como objetivo permitir que las personas con discapacidad puedan practicar escalada en roca, escalada en hielo y alpinismo.
Allí Beck se encontró con un mundo totalmente nuevo, donde personas sin alguna extremidad escalaban como verdaderos atletas de élite. Desde entonces, la vida de Maureen ha ido en ascenso sobre las paredes de piedra.
Mano a mano con la montaña
En 2014 participó del primer Campeonato Nacional de Escalada Adaptada en Estados Unidos, en el que se consagró campeona por ser la única mujer en su categoría. Más allá de eso, Beck no lo vio como algo negativo porque la medalla la calificaba para ir a España y competir en el campeonato mundial. Allí se convirtió en la primera mujer estadounidense en ganar un campeonato del mundo.
Desde entonces Maureen no ha dejado de superarse, ha conseguido un total de seis títulos nacionales, tanto en formato cuerda como en búlder, y defendió con éxito su título de Campeona del Mundo en Francia en 2016. En el mundial de Austria, en 2018, quedó en tercer lugar, hecho que no la desanimó, sino que todo lo contrario: “Había más mujeres que nunca en mi categoría y eran muy fuertes”, afirmó Beck.
Este año se realizará un nuevo Campeonato Mundial de Paraescalada, el último en el que participará Maureen. Lejos han quedado los días donde era la única mujer que participaba. Cada vez más personas con discapacidad se animan a escalar, por lo que ella ahora está más enfocada en brindar talleres y en educar a los escaladores adaptados para que crezcan y se destaquen.
Fuente: nationalgeographic.com
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