El efecto no deja de ser romántico, pero la Luz Zodiacal es un fenómeno producido por "escombros" en la atmósfera. Foto: Weekend

El efecto no deja de ser romántico, pero la Luz Zodiacal es un fenómeno producido por "escombros" en la atmósfera. Foto: Weekend

El efecto no deja de ser romántico, pero la Luz Zodiacal es un fenómeno producido por "escombros" en la atmósfera. Foto: Weekend

LUZ ZODIACAL

La verdad sobre el “ falso amanecer”

Entre los fenómenos astrales que podemos contemplar cuando de vacaciones, relajados y al contemplar el cielo, están las nubes de polvo estelar que se fijan en el horizonte provocando ilusionismos ópticos como el amanecer prematuro. Romántico al fin.

Entre más oscuro esté el cielo, mejor se podrá apreciar el espectáculo. Este fenómeno es reconocido como luz zodiacal se presenta con mayor frecuencia en el mes de septiembre,  pero por estos días también podemos avistarlo. Se aprecia justo antes de que amanezca por la mañana (en el Hemisferio Norte) o después de que termine el crepúsculo vespertino (para el Hemisferio Sur). Por ello, también, se le conoce como ‘falso amanecer’.

Se presenta como una pirámide nebulosa, se muestra como una luz blanca poderosa en la línea del horizonte. En algunas ocasiones, ha sido tan potente que opaca el fulgor de la misma Vía Láctea.

Sin embargo, no pinta el cielo de rosa o naranja: estas tonalidades son consecuencia de la interacción de la luz con la atmósfera, y a la vista con telescopio se ve como una nube polvorienta, “escombros” que el Sistema Solar acoge.

Sin embargo, la luz viene de mucho más allá de la atmósfera terrestre. Originalmente, según se documenta, se pensaba que era consecuencia de la dispersión de la luz solar en las partículas de polvo intergaláctico. Sin embargo, la sonda Juno de la Universidad Técnica de Dinamarca reveló que este halo blanco realmente viene desde Marte.

La Tierra absorbe gran parte de esta nube polvorienta, que cae bajo su campo gravitatorio. El resultado es que, cuando se cruza con la luz del Sol, la luz zodiacal y se apropia del firmamento durante algunos románticos minutos.

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