Los visitantes se encontrarían con temperaturas promedio de 720° C. Foto: Weekend

El planeta sufre de un efector invernadero, por lo que las temperaturas extremas son constantes y no varían de acuerdo al lugar. Foto: Weekend

Durante el pasado siglo la NASA y la Unión Soviética mandaron diferentes sondas para explorar Venus. Foto: Weekend

Por qué es tan difícil explorar Venus

El vecino planeta, de tamaño similar a la Tierra, se encuentra muy cerca del sol, lo que genera que su superficie y atmósfera presenten condiciones intolerables para cualquier ser humano.

Vivimos en una época donde la exploración espacial está pensando seriamente en llegar a Marte en los próximos años. Una meta que cada vez parece más realista, aun así, frente a este panorama es válido preguntarnos por qué esta obsesión por visitar el planeta rojo y no otro. La respuesta es muy sencilla, básicamente por las condiciones de la superficie. Para darnos una idea, solo basta con mirar el ejemplo de Venus, un verdadero infierno para la vida humana.

Lo primero que debemos considerar de este planeta es su cercanía al Sol, lo que implica varios condicionantes muy importantes para ser explorado por astronautas en un futuro.

Por caso, si una nave espacial quisiera aterrizar allí, antes debería lidiar con la atmósfera ácida y llena de nubes tóxicas. Una vez en tierra, los visitantes se encontrarían con temperaturas promedio de 720° C. A todo esto, se le suman unas densas nubes que están presentes todo el tiempo y tapan los rayos de luz, por lo que el cielo es de un contaste color naranja.

A su vez, el planeta sufre de un efector invernadero, por lo que las temperaturas extremas son constantes y no varían de acuerdo al lugar. Desde ya, el invierno acá no existe.

Como si no fuera poco, la presión del aire en Venus es de unos 90 bares, que equivale a estar a unos 900 metros en el fondo del mar. Claramente, ningún humano podría subsistir en condiciones así.

Como curiosidad, Venus gira en sentido contrario a la Tierra, por lo que su amanecer sale por el oeste. Además, el día dura 2.802 horas, unos 117 días terrestres. Con estos datos, y pensando la situación más disparatada, si uno se pone a correr en dirección este sin parar, seguramente nunca llegaría a ver la noche.

A pesar de estas condiciones extremas, durante el pasado siglo la NASA y la Unión Soviética mandaron diferentes sondas para explorar Venus, pero de ahí a mandar astronautas, todavía queda un largo trecho por recorrer.

En esta Nota