Hay dos formas de vivir la montaña en Aspen: alojándose en alguna de las opciones de Snowmass o en las que ofrece la ciudad histórica que está al pie. En ambos hay hoteles y departamentos muy recomendables que se adaptan a la forma en la que se elija vacacionar. La primera es para los que tienen en mente practicar deportes todos los días y la segunda suma la posibilidad de caminar, recorrer los alrededores y hacer compras. Los recomendados en cada caso son el Limelight Snowmass y el adorable The Little Nell, con 35 años en el corazón del pueblo de montaña.
Moderno y mu bien ubicado
El Limelight Snowmass es un moderno espacio con habitaciones que prácticamente son departamentos, con heladera vintage, microondas, mesa rústica y mucha amplitud. Predomina la madera clara en todos lados y hay hogares enormes para relajarse frente al fuego. El desayuno es abundante y variado, pleno de alimentos nutritivos para encarar la jornadas de esquí. Está a pasos de los medios de elevación y es muy cálido.
Si bien el deportista no pasa mucho tiempo en la habitación, es importante que aporte confort para el descanso. Algunos cuartos aquí tienen balcón terraza y todos incluyen bata de baño para los huéspedes. Tiene dos hot tubs enormes (piletas de agua calentísima con chorros y movimiento) para relajar los músculos después del ejercicio y antes de salir a cenar.
Aquí la ventaja es que los esquiadores se ponen botas y equipo directamente en un espacio especialmente acondicionado del hotel y salen con sus equipos (o los dejan en la guardería del complejo) listos para divertirse en ala nieve. Todo elemento es tenido en cuenta para pasarla bien.
Una verdadera joya
El segundo es el único hotel cinco diamantes de la ciudad. The Little Nell es elegante, cómodo y con un personal que está en todos los detalles, ofrece desayuno a la carta, habitaciones amplísimas y hogar que se enciende con sólo apretar un botón. Equipado con pileta al aire libre, sauna, restaurante, bar y una cava secreta, está en pleno centro de la ciudad de Aspen.
Su ubicación es muy céntrica, como para ir caminando a visitar los locales de grandes marcas o ir al museo de arte. Está justo junto a los medios de elevación de la base, por lo que también facilita la práctica de deportes de invierno. El restaurante es de primer nivel (allí también se sirve el desayuno y es perfecto para pedir un chocolate caliente servido con malvaviscos, como es costumbre en los Estados Unidos durante el invierno).
Tiene salones de reuniones separados por una biblioteca muy acogedora y un super secreta cava de vinos que maneja el especialista Chris Dunaway (foto abajo) y es todo un misterio para llegar, así como es fascinante descubrir las historias que encierra en su interior. ¡Hay que ir bien abrigados!
El hotel es precioso y un ícono de la ciudad. Como despedida le entregan a cada huésped una caja con maccarons diciendo que es "algo dulce para el viaje".
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