Escondida entre lomadas y cuchillas en medio de un escenario imponente ofrecido por el Delta del Paraná, Victoria asoma como un gran destino para disfrutar durante todo el año. Geográficamente se sitúa a 350 km de la Ciudad de Buenos Aires y a solo 75 de Rosario, contando con más de 360.000 hectáreas de humedales que son una invitación a los paseos embarcados, los safaris fotográficos, los avistajes de aves y las cabalgatas. Conocida como la “Ciudad de las Siete Colinas”, esta característica ya se ve en la ruta por los caminos de subida y bajada tan pintorescos. Son famosas las rejas de sus casas, muchas de ellas de abundante ornamentación y es digno de darse una vuelta por algunos atractivos turísticos de la localidad, como el cerro de la Matanza, la Pirámide de la Libertad, el Monumento a San Martín, el Museo de la Ciudad y la iglesia Nuestra Señora de Aranzazú, sin olvidar el enlace vial Rosario – Victoria, la obra de arte cuyo puente principal sobre el Paraná alcanza poco más de 600 m de largo y que permitió que la comience a emerger como una ciudad turística pujante. Las termas y el casino, también son dos iconos del lugar.
En un contexto con muchas propuestas turísticas y recreativas, el pescador encuentra en Victoria un destino para disfrutar de la actividad piscatoria. El interesante nivel del río por estos días favorece para ir por la buena variada, así como hizo Carlos Bartolomé, uno de los referentes que tenemos en la zona y que dejó por un rato su comercio, Pepo Pesca, en la esquina de Viamonte y Pringles, para cumplir con otra de sus labores, la de guía. Junto a un grupo de aficionados de la zona norte de Buenos Aires ingresó el pasado sábado 28 para ver con que se encontraban por estos días.
Carlos, habitual informante de nuestro tradicional Mapa del Pique, nos contaba que la acción jamás se detuvo, las corridas fueron constante y la presencia de moncholos como amarillos fue muy abundante, con dobletes muy presentes. Además, alguna tararira aún se encontraba activa, generando una jornada con mucha actividad y que permitió a los visitantes disfrutar de un gran día de pesca. Al mediodía hubo tiempo para parar y compartir la tradicional fritanga, un clásico que ningún aficionado se quiere perder.
El río está con un nivel de 3 m, con una entrada linda de agua que ilusiona con meses venideros muy interesantes. Los ríos del norte muestran un repunte que favorecerá a la pesca en la región, con una temporada de dorados que puede ser muy buena, algo que sucede siempre que los niveles en la zona son acordes. Además, no hay que olvidar la chance de dar con los pejerreyes, aún ausentes pero que poco a poco van entrando y que se han obtenido algunos en los comerciales. Se trata de buenos matungos de los cuales hablaremos muy pronto, ya que, como siempre decimos, hay destinos que dan que hablar todo el año, y uno de ellos es la provincia de Entre Ríos.
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