Thursday 25 de April de 2024
PESCA | 04-04-2014 19:16

Puerto Rzepecki un paraíso de la pesca

La zona del Alto Paraná deslumbra con sus especies de alto valor deportivo y portes. Galería de imágenes.
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En la década del ‘60, proveniente de Misiones, llega al norte  correntino una familia de inmigrantes polacos de apellido Rzepecki. Incansables trabajadores dedicados al arroz, se instalan en las cercanías del paraje de Scorza Cue, llenos de sueños y animosidad de progreso. Un sitio aislado y completamente agreste a orillas del Alto Paraná. Sin imaginarlo, descubrieron que su nuevo hogar estaba inmerso en un punto de pesca extremadamente caliente. Y por un boca a boca de amigos y conocidos, los pescadores empezaron a llegar en números crecientes. Fue así que en el 85 quedó consolidado un modesto acceso de pesca, con varios dormis y bajada de lanchas, que operó durante décadas. Ese pesquero de leyenda pasó a conocerse como Puerto Rzepecki (o La Arrocera, como muchos gustaban llamarle). Los tiempos cambiaron, y con el creciente turismo de pescadores brasileños surgió La Regina Lodge, un emprendimiento hotelero que por su escala no tiene parangón en la provincia. A ello se le agrega una cancha de pesca extremadamente rica y variada. Un caleidoscopio de paleríos, veriles, canales profundos, barrancas, bancos, lagunas, puntas de piedra y decenas de arroyos, da forma a un verdadero paraíso. Lo mismo se traslada a la variedad, resultando ideal para intentar con el dorado, pacú y pirá pitá. Especies que tras la gentil invitación de Luis y Marcos, serían el objetivo de este viaje usando sólo moscas y artificiales.

El Paraná se encontraba muy bajo, con una transparencia que competía con los lagos cordilleranos. Hecho que aumentaba notablemente las chances de pesca a “pez visto”; pero que por otro lado dificultaba engañarlos. Las experiencias con dorados fueron muy disímiles, en función de la técnica y el lugar empleado. Aunque en Puerto Corazón la pesca con carnada estaba de maravillas, no obtuvimos resultados en sus numerosas puntas de piedra. Tanto en bait casting como con mosca, sólo sacamos algunos pequeños. Durante dos medias sesiones caminamos los bancos y arenales cercanos, donde vimos mucho sábalo y el ataque (como varamiento de orcas) de dorados de infarto. Sobre sus veriles más profundos pudimos experimentar con equipos de mosca de dos manos de estilo escandinavo, como si se tratara de steelheads, pero vadeando descalzos en aguas cálidas. Los resultados iniciales nos mostraron que esta técnica, inusual para la zona, ofrece un enorme potencial.

Lo mejor, en términos de calidad, se dio con equipos de bait casting pesado, en paleríos violentos o puntas de islas desmoronadas, sobre todo en áreas de influencia de canales profundos. Aquí no se juega con chiquitas: con dorados grandes, en un mar de palos y mucha corriente, los equipos tienen que ser contundentes. Al respecto, una caña de 10 a 20 libras (1 libra: 453,59 gramos), con un rotativo low profile y multifilamento de 40 o 50 libras es el equipo más adecuado. Se le agrega un terminal de fluorocarbono que aporta invisibilidad, más un cable de acero de no menos de 40 libras. Los señuelos más efectivos resultaron minnows de paleta corta de entre 12 y 16 cm, más las infaltables cucharas Johnson antienganche.

Nota publicada en la edición 499 de Weekend, abril de 2014. Si querés adquirir el ejemplar, llamá al Tel.: (011) 4341-8900. Para suscribirte a la revista y recibirla sin cargo en tu domicilio, clickeá aquí.

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Diego Flores

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