Salada de Madariaga: aguas de pejerreyes gigantes

A lo largo del año vamos recorriendo distintas lagunas de la provincia de Buenos Aires y eso nos lleva a realizar salidas en diferentes épocas del año, En esta ocasión, viajamos en tiempos de veda para el pejerrey, especie que donde sólo se permite pescar tanto sábado, domingo como feriados, esto según el capítulo 4, artículo 12 de la ley provincial de pesca N° 11.477 establecido para los cursos interiores bonaerenses. 

Salimos desde Balcarce bien temprano y nos encontramos en Las Armas con dos amigos de la ciudad de Maipú, Miguel Ángel Belarra y el popular Miguel Varela, dos iconos entre los cañófilos de esa ciudad. A las 8 de la mañana llegamos a destino, el espejo más atractivo de la provincia, hablamos de Salada Grande, ese espejo que no suele fallar a la hora de pensar en grandes pejerreyes. En la laguna nos esperaba el servicio de Aldo Javier Mola, en este caso de la mano de un guía joven como Tomy, quien viene sumando pericia en las aguas de Madariaga. Se trata de alguien que, de todas formas, jamás demostró ser novato, sino más bien hizo honor a su discípulo, uno de los guías más experimentados que tiene La Salada, como Mola. 

Cañas al agua

La jornada arrancó con un día soñado. El sol a pleno, el viento ausente y lo más importante de todo, las bestias aparecieron enseguida. La caña de Ezequiel, quien eligió la proa de la embarcación, fue la que marcó el rumbo en un lugar que con el correr del día fue muy efectivo porque en todo momento entró el pescado por ese sector. Tomy reguló todas las líneas poniéndolas a 70, 50 y 40 cm de profundidad, marcando con es un antes y un después en la jornada, ya que las cañas de los Migueles de Maipú, con esa corrección, comenzaron a activarse.

El guía, siempre inquieto en busca del trofeo, me recomendó buscar la pieza mayor en un falso garete. Su consejo no falló, y en menos de un minuto apareció un terrible ejemplar de 1.600 kg,  esos que todo pescador busca en Madariaga. La pesca se activaba de a ratos, con momentos que se tenían que aprovechar y no errar pique. Poco a poco, el tambor de la embarcación se iba llenando, hasta que los resultados empezaron a mermar en horas del mediodía, con un viento que se hizo presente y alteró el rendimiento de la laguna. A pesar de mis intentos de lastrar brazoladas para poder seguir pescando a esas profundidades que tanto rendían, todo fue en vano. Nada fue igual, al tiempo que advertimos que, como todo comienzo tiene su final, ya era hora de pisar tierra  firme. En ese final de la jornada, ahí fue que el guía nos confirma que la cuota de los cuatro pescadores estaba completa con un pescado de promedio de muy buenos portes. 

Sin dudas, Salada Grande de Madariaga sigue siendo en lo que va de la temporada la laguna élite de la provincia de Buenos Aires, y tras esta salida, podemos reafirmar estas palabras. Para ir y aprovechar. 

Detalles a tener en cuenta

Los equipos deben ser con cañas telescópicas o de tramos de 4 a 4,50 m, acompañadas con reeles frontales tamaño 3000 a 4000, con cargas de multifilamento de 12 a 20 lb. (1 libra: 450 g). La línea con boyas medianas, se destacó la línea Criterio o Cribal en colores verde y negro combinados, con anzuelos N° 1//0 a 2/0 y mojarra viva como carnada.