En La Monona, la pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos. Foto: Fabián Strach Katz

En La Monona, la pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos. Foto: Fabián Strach Katz

En La Monona, la pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos. Foto: Fabián Strach Katz

En La Monona, la pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos. Foto: Fabián Strach Katz

En La Monona, la pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos. Foto: Fabián Strach Katz

EXCLUSIVO

Enormes y agrestes pejerreyes en la laguna La Monona

Los aficionados a la pesca deportiva siempre sueñan con la emoción de encontrar nuevos espejos de agua. Tarea difícil pero no imposible, como lo demuestra este informe exclusivo para Weekend.

Por Daniel Console

La curiosidad es una de las virtudes que moviliza permanentemente a los entusiastas a encontrar nuevos espacios y buscar datos o referencias, a través del diálogo con otros colegas de la caña.

Esto es lo que nos pasó con Horacio Pascuariello, gracias a quien es posible este informe en el que aportamos información sobre una laguna poco conocida de la zona de Carhué, visitada con éxito por el pescador Fabián Strach Katz.

En lo que se refiere a pesca, la zona bonaerense siempre tiene algo para ofrecer, ya que dispone de una gran cantidad lagunas, pero en su gran mayoría ubicadas en campos privados por lo cual se hace casi imposible encontrarlas sin la ayuda de residentes locales.

Es así que llegó a la tienda de pesca del “Negro García”, ubicada en Yrigoyen y Belgrano, Fabián Katz que aportó el valioso dato de un ámbito bautizado con un apodo atribuido a alguna tía lejana: La Monona.

Allí, en La Monona, la especie predominante es el pejerrey que gracias a las condiciones de tranquilidad y aislamiento brindados por el entorno, permiten un excelente desarrollo de los individuos, favorecidos además por lo cuidado de sus aguas ya que no se permite el ingreso de embarcaciones.

Se llega a ella después de unos 15 kilómetros por un tranquilo camino rural, siguiendo las indicaciones, luego de la rotonda de acceso a Carhué. Por supuesto, teniendo la precaución de llevar todo lo necesario para pasar un día enfrentando fuertes vientos fríos, pero eso sí, rodeados de un fantástico paisaje pampeano.

La pesca se realiza preferentemente de fondo, haciendo largos tiros desde la costa utilizando cañas de 3,60 m que puedan lanzar plomos de hasta 125 gramos, con reeles que puedan contener buena carga de nailon o multifilamento.

La única carnada que rindió fue la mojarra viva que solo se consigue en lo de Rantucho, ubicado en la entrada al Barrio Illia y casualmente de camino a la laguna. Los piques fueron firmes y se dieron piezas de entre 30 y 40 cm, vigorosos y muy bien alimentados, lo que permite deducir que cuentan con el suficiente zooplancton, camarones, pequeños caracoles, restos de vegetales y pequeños insectos.

Disfrutamos y cuidamos lo conocido. Ahora les presentamos un nuevo espacio, bien agreste, que seguramente a partir de esta nota recibirá las debidas visitas. A pescar con responsabilidad amigos deportistas. Es un deber evitar contaminar el ámbito dejando residuos y, en caso de acampar o hacer fuego, limpiar todo como si fuera nuestra casa. Gracias en nombre de este presente y de las futuras generaciones.