Como el turismo se ha interrumpido, el aporte al conservadurismo ha quedado en un limbo. Foto: Weekend

. Debido a la falta de ingresos y ayuda financiera, no solo las reservas corren riesgo de desaparecer, sino que las personas más vulnerables se podrían volcar a la tala de árboles, la caza furtiva y la pesca ilegal para subsistir. Foto: Weekend

Medio ambiente

El coronavirus puede poner en peligro de extinción a muchas especies

En un mundo paralizado y sin turismo por la cuarentena, las reservas naturales y los centros de conservación corren riesgo de no poder seguir en funcionamiento.

Mientras día a día recibimos noticias sobre cómo la naturaleza va recuperando los espacios que el hombre ha abandonado debido a la cuarentena que nos ha impuesto el coronavirus, en algunas partes del mundo se está dando un efecto que va a contramano del antes mencionado. Debido al cese de la actividad económica y el turismo, muchas reservas ecológicas y centros de conservación se han visto seriamente comprometidos, poniendo en jaque su actividad y dejando en peligro de extinción a varias especies.

Un caso es el que se da en Tailandia con la empresa de conservación Sam Veasna Conservation Tours, que lleva observadores de aves de todo el mundo para ver especies raras. Durante la última década han reunido más de U$S 100.000 para un fondo de conservación comunitario. Sin embargo, como el turismo se ha interrumpido, su actividad y su aporte al conservadurismo ha quedado en un limbo.

En zonas remotas de Camboya, Laos, Myanmar o Tailandia, el coronavirus ha impactado fuertemente en su sustento económico. Muchos de los afectados viven en las áreas protegidas y sus alrededores, los bosques y humedales de mayor valor de biodiversidad. Estas personas locales han dependido en gran medida de los ingresos en efectivo de la agricultura, la pesca y, cada vez más en áreas como la mencionada anteriormente, el turismo. Otros dependen principalmente de las remesas enviadas por miembros de la familia que trabajan en los principales centros urbanos de Bangkok, Yangon, Phnom Penh, etc.

Debido a las medidas de prevención y la cuarentena, estas cadenas de suministros se han interrumpido. Debido a la falta de ingresos y ayuda financiera, no solo las reservas corren riesgo de desaparecer, sino que las personas más vulnerables se podrían volcar a la tala de árboles, la caza furtiva y la pesca ilegal para subsistir. En este contexto se vuelve más que claro la necesidad del apoyo financiero para seguir protegiendo el medio ambiente.